La Fidelidad De Dios - Guiándonos De Vuelta a ÉlMuestra

Oraciones desde el foso

Leer: Jonás 1:17-2:10

EOAO: Jonás 2:2

“Invoqué en mi angustia al Señor, y él me oyó; desde el seno del seol clamé, y mi voz oíste".

En el Texto

Jonás estaba en el punto más bajo de su vida, tanto literal como figurativamente. Habría sido fácil para él culpar a Dios y amargarse. En cambio, Jonás reconoció que fueron sus propias acciones las que lo llevaron a este lugar en el vientre de un gran pez. Observa lo que hace Jonás. Clama en Oración.

Jonás derrama su corazón delante del Señor. Su Oración es real y sincera. ¿Y qué hace Dios? Escucha y responde.

En nuestros valles más oscuros, Dios escucha nuestras Oraciones. Él se preocupa por nosotros y responde, aunque puede que no sea de inmediato o de la manera que esperamos. Pero Él siempre escucha.

Puede que te encuentres en un pozo debido a tus propias acciones. Si es así, clama a Jesús. Él quiere tener una relación contigo. No hay pecado que sea demasiado grande para la cruz y la gracia de Cristo. Todo lo que tienes que hacer es orar con fe, pidiendo perdón.

El propósito de Dios es redimir lo que se perdió o lo que está atrapado en el pozo. Tus momentos o temporadas más despreciables en tu vida no serán en vano. Hay esperanza en Jesús.

Quizás puede que te encuentres en un pozo debido a circunstancias difíciles de la vida o las acciones de otros. Debes saber que no estás solo. No te ha olvidado. Estas temporadas se sienten largas y agotadoras, pero no es el final de tu historia. David escribe en el Salmo 23 que “aunque tenga que caminar por el valle más oscuro, no temo peligro alguno, porque tú estás conmigo” (23:4). Clama a Dios en tu dolor y tu pena. No lo tomará desprevenido. Depende de Él para que te dé fuerza para cada día.

La oración de Jonás realineó su corazón hacia Dios para que estuviera listo para seguir fielmente el llamado de Dios de ir a Nínive. Que tus oraciones de hoy te traigan paz y confianza en el único lugar donde se encuentra la verdadera vida, en Cristo. Así como la historia de Jonás no había terminado, la tuya tampoco.

Oración

Dios, te necesito ahora más que nunca. La vida es dura y dolorosa, y hoy necesito de tu paz y fortaleza. Gracias porque eres un Dios que escucha, se preocupa y responde. Que pueda depender solo de ti para atravesar los valles oscuros. Amén.