La Fidelidad De Dios - Guiándonos De Vuelta a ÉlMuestra

Luchando contra el olvido

Leer: Miqueas 7

EOAO: Miqueas 7:18

“¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad?. No conserva para siempre su enojo, porque se deleita en la misericordia".

En el texto

Las personas somos olvidadizas. Podemos entrar a una habitación y olvidar lo que fuimos a buscar. Olvidamos el nombre de una persona después de que nos lo haya dicho dos minutos antes. Parte de esto se debe a que estamos tan ocupados que nos olvidamos de concentrarnos. La razón principal por la que olvidamos es porque somos egoístas. Pasamos nuestros días pensando en nuestros deseos y necesidades y en cómo podemos construir nuestros reinos. Olvidamos quién es Dios.

Esto es lo que le sucedió al pueblo de Judá. Olvidaron quién es Dios, por lo que se dedicaron a servirse a sí mismos, a construir su nación y a servir a otros dioses. ¿Qué les dejó esto? Quebrantamiento y vergüenza.

Puede ser fácil para nosotros leer sobre el pueblo de Israel y Judá y criticarlos. Podemos pensar: “¿Cómo pudiste darle la espalda a Dios? ¿No has visto cuánto ha hecho por ti?”. Pero si nos detenemos y pensamos en ello, somos como ellos. Hacemos que la vida gire en torno a nosotros y olvidamos quién es Dios.

Miqueas 7:18 es un gran versículo que nos ayuda a reorientar nuestro corazón. Nos recuerda el carácter de Dios. Él es diferente a cualquier otra persona o cosa en este mundo. Él es misericordioso, bondadoso, amoroso, compasivo y paciente. La lista podría continuar. Cuando meditamos en el carácter de Dios, Él nos ayuda a desviar nuestra atención de nosotros mismos y a centrarnos en Aquel que es todo y sustenta todo.

Debemos hacer que nuestro primer instinto sea reflexionar sobre quién es Dios, y que estas verdades se establezcan en nuestro corazón para que no lo olvidemos.

Oración

Dios, eres bueno, amoroso, paciente y soberano. Fácilmente me puedo olvidar de esto y hacer que la vida gire en torno a mí. Cuando haga esto, Espíritu Santo, ayúdame a orientar mi corazón de nuevo para centrarme en Dios. Amén.