La Fidelidad De Dios - Guiándonos De Vuelta a ÉlMuestra

Amar a Dios y amar a los demás

Leer: Miqueas 6:1-8

EOAO: Miqueas 6:8

“Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios".

En el texto

¿Alguna vez te has equivocado en algo? Tal vez has estado escuchando música, cantando y te das cuenta de que realmente no conoces la letra. La has estado cantando mal todo el tiempo. Tal vez estabas en camino a tu destino y te diste cuenta de que ibas en la dirección equivocada. Aunque estos sean ejemplos simples, Miqueas está abordando este concepto aquí al comienzo de Miqueas 6.

El pueblo de Israel y de Judá estaban completamente equivocados en su fe. Habían comenzado a parecerse a las naciones que los rodeaban, sirviendo a dioses falsos y rechazando al Dios verdadero: Yahvé. Entonces Dios les preguntó: "¿Qué he hecho para merecer esto?". Él enumera sus fieles actos de rescate de Israel de la esclavitud en Egipto (Éxodo 12-15) y provisión en el desierto (Números 22-24). Dios siempre había sido fiel. Fue el pueblo el que se había olvidado de su Dios y se negó a seguirlo.

¿Qué requiere Dios de sus seguidores? Miqueas nos dice que llevemos a cabo la justicia, el amor y la fidelidad y que vivamos en obediencia a Dios. En esencia, Dios quiere que lo amemos a Él y que amemos a los demás.

Podemos equiparar el ir a la iglesia o hacer cosas buenas como la suma de lo que implica seguir a Dios. Este no es el caso. Sí, nuestras acciones pueden ser indicadores de a quién seguimos y amamos, pero Dios en última instancia mira nuestros corazones.

Si no hemos confiado en Jesús para el perdón de nuestros pecados y nuestros corazones no están completamente rendidos a Él, entonces nuestras acciones no tienen sentido. Eso es porque no estaremos haciendo las buenas acciones para la gloria de Dios sino más bien para impresionarlo a Él y a los demás o para sentirnos orgullosos de nosotros mismos. En cambio, Dios quiere que nuestras acciones se realicen por una sincera devoción a Él y un amor real por las personas que nos rodean. ¡Qué lejos estamos de alcanzar Sus estándares si nos dejamos llevar por nuestras propias fuerzas! Necesitamos pedirle ayuda con humildad para que podamos amarlo cada vez más a Él y a los demás como Él quiere que lo hagamos.

Ama a Dios y ama a los demás. Es así de simple.

Oración

Dios, gracias porque todo lo que me pides es mi corazón. Te pido que yo pueda vivir plenamente rendida a ti cada día y a amar a los demás en respuesta de tu amor. Amén.