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La Biblia enseña que el amor es el mandamiento más grande y nos llama a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Un aspecto clave de una evangelización eficaz es no juzgar. Es fácil caer en la trampa de criticar a quienes no comparten nuestras creencias o estilo de vida, pero, como seguidores de Cristo, estamos llamados a mostrar gracia y aceptación a todos. Así como Cristo dio la bienvenida a personas de todos los ámbitos de la vida, incluso a aquellos rechazados por la sociedad, nosotros estamos llamados a acoger a personas de diferentes creencias y estilos de vida sin juzgar.

En nuestras interacciones con los demás, es importante sentirnos cómodos con desacuerdos saludables. Puede que no siempre estemos de acuerdo con aquellos a quienes intentamos alcanzar con el amor de Dios, pero eso no significa que no podamos tener conversaciones respetuosas y constructivas. Escuchando bien y buscando comprender y empatizar con las perspectivas de los demás, podemos fomentar el respeto y la confianza mutua.

Además, es fundamental recordar que el desacuerdo no tiene por qué conducir a un conflicto relacional. Podemos mantenernos firmes en nuestras creencias y al mismo tiempo mantener relaciones positivas y amorosas con aquellos que piensan y creen de manera diferente, y una actitud de amor hacia las personas hablará mucho más fuerte que cualquier juicio que podamos sentir.

¿Con quién puedes iniciar una conversación hoy que no crea lo que tú crees, o viva como vives, y puedas demostrar una postura de amor?