UNA CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

En hebreo, meditar significa literalmente “murmurar, reflexionar, hablar o pronunciar”. Esto revela que el arma principal de la meditación está en lo que decimos o en la lengua. Por lo tanto, meditar en la Palabra de Dios es simplemente poner Sus palabras en tu lengua y decirlas en voz alta. Jesús, como la Palabra encarnada, dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Cuando pones las palabras de la Biblia en tu lengua a través de la meditación, estás activando esta fuente perfecta de vida divina y aplicándola a tu propia vida. Proverbios 18:21 nos dice claramente que “la muerte y la vida están en poder de la lengua”. Lo que esté en tu lengua determinará el estado de tu vida y tu futuro. Si hablas vida, experimentarás una vida abundante. Si hablas muerte, experimentarás un deterioro progresivo de la calidad de tu vida, que finalmente terminará en la muerte misma. Por lo tanto, la meditación en la Palabra de Dios es una cuestión de vida o muerte, porque el poder de la vida y la muerte está en la lengua, y el arma principal de la meditación es la lengua. ¿Estás listo para usar esta pequeña pero poderosa arma hoy? Ten valor para que tu corazón, tu mente y cuerpo se infundan con la vida misma de Dios mientras lo haces.

ORACIÓN

Señor, gracias porque solo Tu Palabra me da vida. Te agradezco por el regalo de la lengua y el don de la meditación. Recuérdame y ayúdame a usar estos dones para hablar vida sobre mí y sobre todos los que me rodean.

APLICACIÓN

Pregúntale al Señor: “¿Qué parte de mi vida se siente muerta o estancada?” y luego medita en un versículo y aplícalo a esa área, y observa cómo cobra vida.