Leer La Biblia De Manera EfectivaMuestra

Maneras de leer la Biblia de manera efectiva

En el último día de este plan, nos estamos poniendo prácticos. Durante el devocional del Día 1, hablamos de cómo, en ocasiones, puedes leer la Palabra y olvidarte de lo que acabas de leer unos minutos después.

Veamos cómo podemos evitar esto. ¿Cómo puedes asimilar eficazmente la Palabra para que esa semilla llegue a tu corazón, para que no la olvides, y para que se convierta en una revelación que te renueve y transforme?

El Espíritu Santo es la clave en esto. Él enseña y trae a la memoria lo aprendido (Juan 14:26). Por lo tanto, pídele siempre al Espíritu Santo que te ayude a recordar y entender lo que lees.

Cuando quieres leer la Biblia de manera efectiva, puedes elegir un texto o pasaje bíblico que te llame la atención.
Luego, transcribe ese texto o sección en papel. Mientras escribes cada palabra, repítela en voz alta.

A esto lo llamamos recitar, es decir, repetir lo que has leído. Hazlo varias veces seguidas.

Cuando puedas decirlo con fluidez, comienza a memorizarlo. Repite cada palabra y frase hasta que puedas recitar el pasaje sin pensar. Ahora lo has memorizado.

Pero recuerda: si lo haces solo una vez, con el tiempo lo olvidarás. Por eso, lo mejor es permitir que lo aprendido se asiente y resuene en ti durante al menos una semana. Dedica toda la semana a repetirlo una y otra vez, hasta que puedas "soñarlo", por así decirlo.

De esta manera, no lo almacenarás solo en tu memoria a corto plazo, sino en tu memoria a largo plazo. Y cuando llega a esta última, puede penetrar en tu corazón. Entonces, te transformará y comenzarás a actuar conforme a ello.

¿Te parece mucho trabajo? No te preocupes.

Empieza de a poco.
Empieza con uno o dos versículos de la Biblia a la semana. Si te resulta fácil, añade más.

Otro método es escoger una historia o sección de la Biblia y estudiarla a fondo. Eliges una historia y la transcribes frase por frase.

Luego, miras todas las referencias que van con ese texto. Escribes estos textos y sus referencias. Además, fíjate en el contexto, los antecedentes, a quién, dónde y cuándo se escribió, etc.

De esta manera, irás desarrollando un mejor entendimiento y una mayor comprensión de lo que lees.

Otro método útil es estudiar la Biblia por temas. Busca todos los textos relacionados con un tema específico y estúdialos. Antes de que te des cuenta, habrás aprendido mucho más sobre ese tema que si solo lees ocasionalmente un libro o escuchas un sermón al respecto.

Elige el método que más te convenga.

Estos métodos son solo ejemplos y herramientas para ayudarte a avanzar. Por supuesto, puedes desarrollar y aplicar tus propias estrategias. Haz lo que funcione para ti. Involúcrate activamente con la Palabra de Dios. Cuando lo hagas, la Palabra cobrará vida en ti y nunca la perderás. Se convertirá en parte de ti y profundizará tu conocimiento y comprensión.

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Este plan bíblico se basa en una parte del libro SIN COSTO “Viviendo en Plenitud ”.