Leer La Biblia De Manera EfectivaMuestra

Trabajar la tierra

¿Cómo puedes almacenar la Palabra de Dios en tu corazón?
¿Cómo puedes leer la Biblia de manera efectiva?
Para responder a esto, recurrimos a la parábola del sembrador.

Marcos 4:14-20
“El sembrador es el que siembra la palabra. Y estos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno".

El sembrador eres tú. La semilla es la Palabra. Lees la Palabra y la siembras en tu corazón. Pero si el suelo de tu corazón no está bien preparado, la semilla no puede dar fruto. Como vemos en la parábola, si la semilla cae en mala tierra, Satanás la arrebata, no echa raíces y nos hace tropezar, o las preocupaciones del mundo la ahogan.

Entonces, ¿cómo podemos preparar la tierra del corazón para que se convierta en buena tierra?

Lo hacemos creando espacio exclusivo para la Palabra y evitando que otras doctrinas, ideologías y filosofías mundanas la contaminen. Nos enfocamos únicamente en Dios y en lo que Él dice, no en lo que dice el mundo. Solo así el terreno no estará lleno de malas hierbas, y la semilla (la Palabra de Dios) podrá crecer.

Como cualquier semilla, la Palabra necesita cuidado para crecer en nuestro corazón. Si siembras flores, debes regarlas, darles luz y nutrirlas. Lo mismo ocurre con la Palabra de Dios: cuando la tomas en tu corazón, también debes nutrirla para que crezca y, eventualmente, dé fruto.

"Cuidas" la Palabra haciendo lo que la Palabra dice. Oyes la Palabra [siembra], la aceptas [la pones en la tierra], la aplicas [la nutres] y dará fruto [florece].

Se "cultiva" la Palabra al ponerla en práctica:

Por ejemplo, en lugar de decir: "Siempre me resfrio por este clima", dices: "Le doy gracias a Dios porque me cuida todos los días y ha pagado por mi salud".

Se puede proclemar las bendiciones que Dios da en la Biblia: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34).

También aplicas la Palabra cuando actúas según ella. ¿Quieres amar a tu prójimo como a ti mismo? Entonces, llama a un amigo y pregúntale sinceramente cómo está. O ayuda a un vecino anciano con sus compras.

Hay muchas formas de aplicar lo que lees. Vive como Jesús, quien caminó en perfecta comunión con Dios.

Te darás cuenta de que entonces vivirás una vida diferente. Descubrirás que comenzarás a dar fruto y que no serás derribado cuando las circunstancias trabajen en tu contra, porque estarás parado sobre un fundamento sólido, sobre la Roca (Lucas 6:47).