Afilando mi espadaMuestra

El capítulo 13 de primera de Corintios es bastante conocido por el tema del amor. Pablo enfatiza que el amor es superior a todos los dones espirituales. A pesar de la importancia de los dones como la profecía, el conocimiento y la fe, sin amor, todo es inútil. Pablo describe el amor como paciente, bondadoso, sin envidia ni arrogancia. El amor no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Y para culminar, recalca que el amor es eterno, mientras que los dones espirituales son temporales y parciales.

Mientras meditas en este capítulo, permite que las características del amor descritas por Pablo te inspiren a vivir un amor genuino, que vaya más allá de los dones y se refleje en cada acción y relación.

Este amor del que habla Pablo va mucho más allá de las emociones humanas que varían constantemente. El amor del que se habla en este capítulo es el amor sacrificial y comprometido que busca el bien del otro sin esperar nada a cambio. Este tipo de amor refleja el carácter de Cristo, quien entregó su vida por nosotros aun cuando no lo merecíamos.

¿Estamos viviendo este tipo de amor en nuestras relaciones diarias? ¿Nuestras acciones y palabras reflejan la paciencia, la bondad y la humildad que Pablo describe aquí?

Este capítulo nos invita a cultivar un amor que transforma, que no se irrita, que busca siempre lo mejor para los demás y que no se rinde. Tal como lo describe Pablo, este es el amor que sostiene y da propósito a todo lo que hacemos como seguidores de Cristo. Hoy, podemos pedirle a Dios que llene nuestro corazón con este amor, para que todo lo que hagamos esté motivado por su amor eterno y transformador.