Afilando mi espadaMuestra

Romanos 16, nos ofrece una visión conmovedora de la comunidad cristiana, resaltando el valor del trabajo en equipo en la misión del evangelio. Al leer los nombres de sus colaboradores, podemos ver que Pablo no está solo; hay un conjunto de personas que, con sus talentos y dedicación, han contribuido al crecimiento del Reino de Dios. La variedad de individuos mencionados nos muestra que cada uno tiene un papel único y vital en el cuerpo de Cristo.

Esto nos lleva a reflexionar sobre nuestro propio lugar en la comunidad de fe. En una era en la que la individualidad es frecuentemente exaltada, Romanos 16 nos recuerda la importancia de la colaboración. La iglesia es como un cuerpo, donde cada miembro tiene su función, y todos juntos forman un todo. ¿Cómo estamos utilizando nuestros dones y habilidades para servir a los demás? La comunidad no se fortalece solo a través de la enseñanza, sino también mediante el apoyo mutuo y el amor desinteresado.