RestáuranosMuestra

"Todos necesitamos la restauración de Dios" (Ana María Padalina).

Algo se rompió en el camino

Inmediatamente después de la caída del hombre, Dios Hijo se ofreció para restaurar todo lo que se había roto por causa del pecado. Por la fe en Él, somos libres de condenación (Colosenses 2:13-15). Sin embargo, con todo a nuestro favor, muchas veces, a lo largo del camino, nos volvemos a romper.

Estamos sometidos a presiones de afuera y de adentro. El mundo exterior y su amplia oferta de tentaciones, sus peligros, sus seres egoístas y violentos, sus valores anticristianos, sus catástrofes naturales en aumento, sus guerras y atentados… y el mundo personal interior con sus deseos y ambiciones, insatisfacción y frustraciones, miedos y ansiedades y problemas relacionales, nos empujan a un estado de tensión, preocupación y estrés.

Muchos empezamos con entusiasmo a caminar tras las pisadas del Maestro, pero cuando empiezan los problemas nos debilitamos y abandonamos el camino o sucumbimos ante las tentaciones y nos apartamos. Somos como la semilla sembrada entre espinos, nos olvidamos de su Palabra que es nuestra espada para vencer al mundo (Juan 16:33).

No obstante, aunque estemos rotos y lejos de casa, Papá nos está esperando con ansias.

“Entonces regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos… “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo. Pónganle un anillo, y también sandalias. ¡Maten el ternero más gordo y hagamos una gran fiesta, porque mi hijo ha regresado! Es como si hubiera muerto, y ha vuelto a vivir. Se había perdido y lo hemos encontrado” (Lucas 15:11-24).

ORACIÓN
Gracias por tu paciencia, amado Papá, volvemos a tus brazos para que nos restaures.