RestáuranosMuestra

"Todos necesitamos la restauración de Dios" (Ana María Padalina).

Restauración asegurada

Cuando entendemos que somos hijos de Dios, que Él nos ama con un amor inexplicable y que vivimos bajo su gracia, podemos hacer frente a los desafíos cotidianos con poder. El mejor antídoto contra las “roturas” es tener a Jesucristo como Capitán y darle el gobierno de nuestro ser.

Según el texto de referencia, es Dios mismo quien produce nuestra santificación, para que cuando Cristo vuelva nos encuentre en victoria. Esto no ocurre de la noche a la mañana, más bien es un proceso en el cual todo nuestro ser está siendo transformado. Si sometemos nuestro espíritu al dominio del Espíritu Santo, Él tomará control sobre nuestra alma, donde residen mente, voluntad y emociones. Nuestra mente, sujeta al Espíritu, llevará todo pensamiento en obediencia a Cristo (2° Corintios 10:5) y pensará sólo lo bueno (Filipenses 4:8); nuestra voluntad tomará decisiones conforme a la Voluntad de Dios, obedeciendo sus mandamientos y propósito (1° Juan 2:17), y nuestras emociones responderán al carácter manso y humilde de Jesús (Mateo 11:29) y al fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) En consecuencia, nuestro cuerpo, que es el templo del Espíritu Santo (1° Corintios 6:19), mostrará lo que está ocurriendo en su interior, expresando palabras de adoración a Dios, bendiciendo a quienes nos rodean (Lucas 6:45) y realizando buenas obras (Tito 3:8).

Lo terrenal y diabólico de este mundo se nos opone, constantemente y procura nuestra derrota, pero no estamos solos, mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo (1° Juan 4:4).

ORACIÓN
Gracias, Dios de paz, por tu llamado y tu fidelidad en completar la buena obra que empezaste en mí. Te entrego cada parte de mi ser para que la santifiques por completo. Amén.