Himno de GraciaMuestra

Mi parte favorita de seguir a Jesús es también mi parte menos favorita de seguir a Jesús.

Déjame explicarte...

Me encanta que Dios me haya invitado a Su familia. Yo no merecía nada de eso. Todo lo que merecía era juicio por los pecados en mi vida, y no había nada que pudiera hacer para arreglarlo. Era como si no pudiera entrar en el club... la entrada era demasiado cara... Y entonces, Dios intervino y pagó mi entrada.

Eso es gracia.

Pero esta es la cosa... la gracia de Dios es para todos, incluyendo aquellas personas que hacen tu vida difícil.

Todos conocemos a personas que nos hacen daño, nos hacen sentir mal y, en general, nos sacan de quicio. Tal vez sea alguien que conoces personalmente o puede que sea alguien en Internet.

En nuestro mundo actual, muchas veces las personas que más nos disgustan son las que ni siquiera conocemos: una figura pública, un político, un influencer en TikTok.

Sea quien sea, el punto es que cuando las personas nos ofende, se convierten en “ellos”.

Es decir, no puedes razonar con ellos. No puedes hablar con ellos. No puedes tener respeto por ellos. No puedes sentir amor por ellos.

Los humanos tenemos la habilidad de etiquetar y condenar a la gente (normalmente a grupos enteros de personas) usando un criterio que ni siquiera usaríamos para juzgarnos a nosotros mismos. Yo lo hago. Seguramente tú también.

¡Alabado sea Dios porque Él no lo hace!

La gracia es algo que todos necesitamos. Y después de haberla recibido, Dios nos llama a ti y a mí a extender su sublime gracia a los demás.

Colosenses 3:13 dice:

“… De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”.

Dios no me debía su amor. No me debía el perdón. No me debía una relación con Él o la promesa de la vida eterna en el cielo. Todo eso es pura gracia. Entonces, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Cómo podemos recibir una gracia tan sublime de Dios y no brindársela a los demás?

La gracia no significa que estás de acuerdo con todo lo que alguien dice o hace. La gracia no significa que ignoras el pecado en el mundo. La gracia no significa que no defiendes lo que es correcto.

La gracia significa que no condenas a nadie ni le niegas tu amor por haberte ofendido o incluso por haber hecho algo malo. ¿Por qué?

Porque así es como Dios te ama... y así es como Dios los ama a ellos.

Bendiciones,

—Nick Hall