El Precioso Regalo Del PerdónMuestra

¿He pecado demasiado para ser perdonado?

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).

Todo pecado es tan malo que merece ser castigado. Ningún pecado es tan malo que no pueda ser perdonado.

Los humanos tendemos a distinguir entre pecados muy malos y pecados no tan malos. Esta distinción tiene sentido en la sociedad, donde el castigo debería ser proporcional al daño hecho. Pero, para Dios, aun la más pequeña transgresión nos hace culpables. Él nos exige que seamos perfectamente santos, así como Él es perfectamente santo, y todos nos quedamos cortos allí. Cualquier pecado que cometemos es suficientemente serio para merecr la eterna separación de Dios.

Al mismo tiempo, hasta el más grande pecado será perdonado si lo confesamos. La sangre de Jesús tiene poder para limpiarnos de todo el mal que hayamos hecho. El apóstol Pablo hace una lista de sus propios pecados como un ejemplo: “…habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia…” (1 Timoteo 1:13, NBLA). La Biblia proporciona más ejemplos de personas que hicieron cosas que se podrían considerar imperdonables, pero fueron perdonados por el Señor cuando se arrepintieron de todo corazón.

Nunca pienses que tu pecado es tan grande que no puede ser perdonado. ¡Confiesa tus pecados al Señor y pide Su misericordia!