Una verdadera amistadMuestra

Hay amistades peligrosas

En nuestras vidas, nos hemos topado con amistades que nos han dado buenos consejos y nos han aconsejado que no tomemos una decisión que nos va acarrear muchos dolores de cabeza. Pero también, en nuestro transitar por esta vida, nos hemos topado con amistades que no nos han hecho ningún provecho y más bien nos han llevado por caminos de dolor. Hay un refrán que dice que "una manzana podrida, pudre a las demás". Las malas compañías son aquellas que influencian de forma negativa, haciendo al individuo actuar de forma perjudicial o contraria a sus principios. La forma de identificar a una persona dañina es cuando esta tiene la capacidad de corromper las virtudes de un individuo. En el peor de los casos, quien está siendo influenciado tiende, de manera inconsciente, a copiar los malos hábitos del otro sujeto. Es por ello que la Palabra de Dios advierte a Sus hijos a no hacer amistad con ciertas personas.

Hubo un rey en Israel llamado Acab que había sido llamado por Dios para que gobernara de forma correcta y justa. Pero este hombre hizo amistad con una mujer que no compartía los mismos valores de su fe y creencia en Dios. Esa mujer, que se llamaba Jezabel, llevó por mal camino a su esposo Acab e hizo que cometiera una injusticia contra un hombre bueno llamado Nabot. Este hombre tenía un viñero a la par del palacio de Acab y este lo quería para él; pero Nabot no quiso vender su propiedad y Acab se molestó mucho. Su esposa Jezabel montó todo un complot contra Nabot, el cual, por medio de mentiras y falsos testimonios de otros, perdió su viñero; y no solo eso, también le arrebataron su vida de una forma muy infame, todo por un mal consejo de una amistad peligrosa. Si quieres saber más sobre esta historia, te invito que la leas en 1 Reyes 21.

Nosotros debemos de tener mucho cuidado de qué tipo de amistades nos rodeamos, ya que ese tipo de personas nos pueden llevar por malos caminos y nos pueden hacer perder nuestros valores y creencias en Dios.

ORACIÓN

Señor Jesús, de forma humilde te pido que me guardes de malas amistades que me puedan apartar de tu bella presencia y amistad. Te pido que me des el discernimiento por medio del Espíritu Santo para evitar amistades que me puedan hacer daño en mi vida, tanto física, emocional como espiritual. Padre Celestial, todo esto te lo pido en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.