Una verdadera amistadMuestra

Amistad en tiempos de adversidad

En algún momento de nuestra vida, todos hemos pasado por alguna dificultad, sea de salud, económica, espiritual o de cualquier otra índole. Pero hemos tenido la bendición de que ese trago amargo no nos ha tocado experimentarlos solos, siempre alguien nos ha extendido su mano y nos ha acompañado por ese valle de sombra y de muerte.

¡La Biblia tiene una historia maravillosa de lo que es tener una amistad en tiempos de adversidad! Había dos amigos que tenían una amistad muy bonita. Ellos eran jóvenes, llenos de ilusiones y sueños como cualquier joven de nuestros días. Uno de estos jóvenes era de la realeza y el otro joven era de una familia de cuidadores de ovejas. Pero, por esas cosas de la vida, uno de ellos es escogido por Dios para que cumpliera una misión en su vida, y esa misión era que se convirtiera en rey del pueblo de Israel. Esos jóvenes se llamaban "Jonatán y David". Jonatán era el hijo del rey Saúl, y David era el hijo de Isaí. David había sido escogido por DIOS para que fuese rey y remplazara a Saúl, noticia que no fue muy recibida por Saúl y se convirtió en un acérrimo enemigo de David. Saúl trató todas las formas de hacerle daño aquel joven. Pero a pesar de que Jonatán era el hijo de Saúl, no estaba dispuesto a dejar abandonado a su amigo David y más bien, en ese tiempo de adversidad, Jonatán cuidó de la vida de su amigo David. En otras palabras, Jonatán demostró su amistad verdadera en tiempos de adversidad en la vida de David.

Cada uno de nosotros contamos con algún amigo o amiga que nos ha mostrado su amistad cuando nos ha tocado vivir un día nublado en nuestras vidas. Nos ha acompañado a alguna cita médica, nos ha dado un abrazo cuando hemos tenido el corazón destrozado, nos ha llevado alimentos en momentos de escasez o simplemente ha estado orando por nosotros y no nos hemos dado cuenta. La pregunta del millón: ¿Cómo te has comportado tú con tus amigos en momentos de adversidad?

ORACIÓN

Señor Jesús, muchas gracias por cada uno de estos amigos que nos han acompañado en los días nublados de nuestras vidas y han estado ahí para tendernos una mano solidaria. Bendícelos y guárdalos. Amén.