ElisabetMuestra

SUPERA LA DIFICULTAD Y EL DOLOR.

Te presento a Elisabet, una mujer del linaje sacerdotal de Aarón. Ella estaba casada con un sacerdote llamado Zacarías. Cuando miramos sus vidas, es evidente que ambos crecieron en hogares donde temían al Señor, y se enseñaban y practicaban los preceptos divinos. Los momentos devocionales familiares son maravillosos y valiosos. En ellos la familia se une, se fortalece la fe, se enseñan los principios de Dios y los miembros se preparan para hacerle frente a la vida. La herencia de la devoción a Dios ayudó a Elisabet a caminar con valentía por una vida que, por momentos, fue difícil y dolorosa.

A partir de esta lectura devocional y en las próximas tres, te invito a reflexionar en los beneficios de reunirse como familia para adorar y estudiar juntos.

Razón #1 para los momentos devocionales: «Te envía a realizar
tus tareas diarias con un corazón alegre, más fuerte para el trabajo y más centrado en la encomienda, y decidido en que lo se haga sea para glorificar a Dios».

Elisabet no tenía hijos. De hecho, había pasado su edad para procrear sin tener hijos. Esto significa que había soportado décadas de matrimonio bajo la sombra de la esterilidad, en una cultura donde no tener hijos se consideraba una desgracia, y posiblemente el juicio de Dios a causa del pecado. ¿Cómo Elisabet siguió adelante? Quizás su fidelidad en pasar tiempo con Dios la fortaleció en el día a día de su dolorosa realidad de no tener hijos. El tiempo frecuente con el Señor le permitió tener un corazón alegre, fortaleza para su trabajo y la determinación para glorificar a Dios independientemente de sus circunstancias.

¿Has fijado un tiempo para tu devocional diario? Si no es así, comienza hoy. Pasa unos momentos a solas con el Señor cada día, estudiando su Palabra y orando por tus problemas. Si has sido bendecida con hijos, reúnelos todos los días para orar y escuchar la Palabra de Dios. Anímales a buscar a Dios en todo lo que hacen.