Primeros Pasos - Preguntas Y RespuestasMuestra

¿Cuáles son las dos naturalezas del cristiano?

Quizá hayas observado a personas que, estando esclavizadas a vicios, son liberadas al recibir a Cristo. Ahora poseen un nuevo poder, una nueva vida en la cual hay capacidad para amar y perdonar. Sin embargo, esto no significa que siempre sea así, ya que continuamos experimentando momentos de "derrota" cuando caemos. Pareciera que en nuestro interior hay dos fuerzas en conflicto.

En Romanos 8:9-10 se destaca que Cristo está EN nosotros y que el Espíritu Santo de Dios también lo está. Este hecho nos otorga el poder para cambiar, lo que resulta en transformaciones en nuestras vidas. Entonces, ¿por qué también puede haber fracasos? La respuesta radica en que el cristiano tiene dos naturalezas: la nueva, que nace al recibir a Cristo, y la vieja, heredada del ser humano. Aquellas personas que no han experimentado el nuevo nacimiento solo poseen la naturaleza humana y pecaminosa. Al poner la fe en Cristo para salvación, Dios concede el nuevo nacimiento.

A la primera naturaleza se le conoce como el "viejo hombre" o "la carne", mientras que a la segunda, la divina, se le llama el "nuevo hombre" o "espiritual". Es importante no confundir la "carne" con el cuerpo, ya que este último no es intrínsecamente malo; pertenece a Dios y puede ser un instrumento en Sus manos.

Gálatas 5:19-21 nos muestra los pecados provenientes de la carne, la cual no mejorará con el tiempo, ya que es inherentemente mala y capaz de lo peor. Sin embargo, el plan de Dios no es mejorar la carne, sino implantar dentro del hombre Su naturaleza buena, como se describe en Gálatas 5:22-23, llena de virtudes.

Estas dos naturalezas se oponen entre sí, y es necesario que la naturaleza de Dios gobierne en nosotros. ¿Cómo podemos lograrlo? Se trata de elección y comprensión. Es decir, saber que ya somos libres del poder de la carne (Romanos 6:14 y 8:12) y que tenemos la decisión de elegir quién domina en nosotros.

Otra manera es permitir que el Espíritu Santo viva a través de nosotros. Esto no implica seguir reglas de conducta, es decir, no se trata de "legalismo". Su ayuda es necesaria, ya que Él cumple todo lo que Dios pide.

Dios suplica que entreguemos nuestra vida y voluntad a Él para que el Espíritu Santo sea quien gobierne en nosotros (Romanos 12:1). ¿Estás dispuesto a hacerlo?