Éxodo: Camino a La LibertadMuestra

Provisión abundante.

Moisés llamó a Besalel y a Oholiab, y a todos los que tenían capacidad artística, y a quienes el Señor había dado esa capacidad y se habían ofrecido voluntariamente para ayudar en este trabajo (Éxodo 36:2).

Cuando el corazón se conmueve verdaderamente y el espíritu se muestra dispuesto, el dar es despojado de toda mezquindad; de hecho, deja de ser calculador. Nada es demasiado preciado para ser dado, ninguna cantidad es demasiado grande (George Morgan).

El servicio a Dios siempre debe ser un acto voluntario, nunca imposición.

Tenemos en este capítulo un hermoso ejemplo de como el pueblo respondió a la invitación de Dios para ser sus socios en el desarrollo de su obra.

Cuando nos invertimos por las razones correctas, no solo seremos útiles y de bendición para las demás personas, sino que, además, nosotros mismos seremos bendecidos, solamente por el hecho de ser parte de los planes de Dios.

Es interesante notar también, el excelente manejo de los recursos por parte de Moisés. Una vez que Dios proveyó, incluso más de lo necesario, de una forma muy integra, Moisés indicó al pueblo que ya no era necesario traer más ofrendas para este fin, demostrando así, que en su corazón no había materialismo, sino un deseo genuino de hacer la voluntad de Dios.

La obra de Dios, hecha a la manera de Dios, siempre contará con los recursos de Dios.

1. ¿Estamos trabajando en la obra de Dios o en nuestra obra?

2. Si es la obra de Dios, ¿estamos haciéndolo a su manera o a la nuestra?

3. ¿Estamos esperando que Dios supla para cubrir necesidades o para nuestros deseos?

“Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19 NVI).

Oremos:

Gracias Dios porque siempre suples para que tu obra sea llevada a cabo. Danos sabiduría para administrar los recursos que pones en nuestras manos.