¡Decido No Guardar Rencor!Muestra

¡Decido no guardar rencor! (ROMANOS 13 4:5)

En ocasiones podemos ser lastimados por algunas personas a quienes les tenemos cierto aprecio. Y, ese tipo de situación nos puede perjudicar tanto, al grado de llegar a guardar rencor, sentir odio por quien nos ha ofendido, o hasta llegar a brotar en nuestro corazón una raíz de amargura...

El rencor es un sentimiento malo y si tú decides guardar rencor enfermas tu cuerpo, enfermas el alma, te lastimas, tu rostro pierde su brillo, tus músculos te duelen y se vuelven tensos, tu salud se comienza a afectar, lastimas a los que están a tu lado y comienzan a cargar contigo el fruto de tu amargura. Tus palabras ya no son suaves y empiezan a herir y a lastimar también.

Hoy tienes que entregar a Dios todo ese rencor y tomar una decisión, ¡perdonar! (MATEO 6:14).

El perdonar es negarse a castigar al que te ofendió, es pasar por alto la ofensa (ROMANOS 12:19), e incluso es negarse a castigarse uno mismo. Porque la falta de perdón antes de afectar al que te hizo algo, te lastima a ti mismo, por el hecho de tener siempre presente la ofensa. También es renuncia a tomar venganza. El perdón te hace libre de tu ofensor. ¿Quieres tener paz ante cualquier situación de tu vida? Te invito a tomar una muy buena decisión; ¡no guardes rencor en tu corazón! Hazlo por tu bien, perdona por ti.