Profundidad

“Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el SEÑOR envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron, y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca” (Éxodo 14:21-22).

Para mí leer la Palabra es siempre una nueva aventura. La Palabra es viva, por tanto, cada vez que la leo, algo nuevo dice a mi vida, algo añade, algo me enseña. Para mí leer la Palabra es refrescante. Cada día tengo mi tiempo con Dios. Es el momento que saco para orar, leer la Palabra, adorar, alabar a Dios y decirle lo agradecida que estoy con Él y cuánto lo amo.

Una mañana en ese tiempo el libro que uso como devocional me llevó a una de tantas historias que tiene la Biblia que leo y releo, y no dejan de sorprenderme jamás. Es el momento cuando Israel cruza el Mar Rojo. Con mi mente finita trato de imaginar a ese pueblo cruzando en seco ese mar. Y cuando estaba imaginando la escena Dios dijo a mi corazón: “Caminaron en profundidad”. Esas palabras calaron muy hondo en mí. Ese pueblo salió de esclavitud a libertad y ahora caminaban en profundidad a causa de la presencia de Dios en sus vidas. A causa de que Dios iba con ellos. La Palabra registra que delante de ellos iba una columna de nube de día y una columna de fuego de noche. Dios estaba con ellos. Así ocurrió con nosotros. Dios nos liberó de la esclavitud del pecado. Nos redimió a través de Jesucristo.

Camina con nosotros día y noche con Su Espíritu Santo. Y nos invita a través de Su Palabra y de nuestra relación diaria de intimidad con Él a caminar en profundidad.

Tengamos perseverancia, eesiliencia, obediencia, fe, unión, nobleza, Disposición, insistencia, determinación, amor y sobre todo a Dios en nuestras vidas. En fin, tengamos profundidad.