Una vida de intimidad con DiosMuestra

El temor de Dios

“¿Qué deseas, reina Ester?...”, Ester 5:3 (NTV).

De la forma en que Ester trata al rey se desprenden varios principios espirituales:

1. El rey no se presentará donde no sea honrado.

“Si le parece bien a Su Majestad —respondió Ester—, venga hoy al banquete que ofrezco en su honor...”, Ester 5:4 (NVI). Si la fiesta no es en su honor, el rey no estará. Ester nunca deshonró al rey. Aunque era reina jamás le faltó el respeto; nunca fue excesivamente familiar con él. Sin embargo, ese es un problema muy común con los creyentes de hoy en día. Ser hijo o hija de Dios no nos da derecho de tratar a Dios irrespetuosamente. Si estuvieras en presencia de tu cantante favorito o un gran jugador de fútbol estarías atento escuchando todo lo que dice. ¿Tú crees que Dios hablará cuando no eres respetuoso ante su presencia? No podemos ser irreverentes con Dios y pretender que Él simplemente lo pase por alto. Oseas 7:16 dice: “No me toman en cuenta y por eso fracasan en todo”, TLA. David expresó: “Adoraré en tu templo con la más profunda reverencia”, Salmo 5:7 (NTV). Aspectos tan domésticos como dejar basura sembrada en el piso del templo o pegar chicles debajo de las sillas es tener en poco lo destinado al Señor. “Muestra reverencia por mi santuario”, Levítico 19:30 (NTV). ¡Si cuidas las cosas dedicadas al Señor, Él cuidará de las tuyas!

2. Cuando el rey es honrado, las necesidades son satisfechas.

Ester obtuvo todo lo que pidió: “El rey volvió a decir a Ester: —Dime lo que desees... La reina Ester contestó: —Si he logrado el favor del rey, y si al rey le agrada conceder mi petición, pido que mi vida y la vida de mi pueblo sean libradas de la muerte”, Ester 5:3-8; 7:1-3 (NTV).

“Luego Ester volvió a presentarse ante el rey... —Si al rey le place y yo he logrado su favor... que se emita un decreto que anule las órdenes de Amán... quien ordenó la destrucción de los judíos…”, Ester 8:3-5 (NTV).

Ester obtuvo todo lo que pidió, pero solo en presencia del rey. “Honren al Señor... pues nada faltará a los que lo honran”, Salmo 34:9 (DHH). “Y como las parteras tuvieron temor de Dios, él hizo que sus familias prosperaran”, Éxodo 1:21 (RVC). Que hoy sea el día en el que postergas tus peticiones y te ocupas de honrar su presencia porque, ¡cuando el Señor se manifiesta nuestras más sentidas necesidades son suplidas!