Rut: una historia del amor redentor de DiosMuestra

Al leer el libro de Rut, probablemente creas que Rut fue la redimida. Si bien esto es indudablemente cierto, hay alguien que fue redimida mucho más que Rut: Noemí. Ambas experimentaron transformaciones notables, pero la transformación de Noemí es uno de los aspectos más destacados del libro. Su redención presagia la redención de todos los que confían en el Señor.

A lo largo de su historia, Rut gana confianza y experimenta ascenso social. Ella comenzó la historia como una moabita, una extranjera pagana en una tierra desconocida, una viuda empobrecida. Al conocer a Booz, ella se identificó como “menor que un siervo”. Después de haber espigado en su tierra durante varios meses, Rut había establecido una relación con Booz, y él había cuidado de ella. Se identificó como la sirvienta de Booz cuando le pidió que se casara con ella (eso es lo que hizo, por sí te lo perdiste). Casarse con Booz había aumentado su posición social al de la esposa de un terrateniente rico y un hombre descrito como “digno”. Sin embargo, la transformación de Rut no terminó ahí. Llegó a ser elevada a algo incluso más alto que una respetada esposa y miembro de la comunidad. Ella será contada para siempre entre las personas honradas en la genealogía del Señor. Pero el libro de Rut también trata sobre la redención de Noemí.

La culminación de la redención de Noemí por parte de Dios resalta la fidelidad y la providencia de Dios, independientemente del pasado de Noemí. Al final del Capítulo 1, Noemí regresó a Belén como una refugiada sin dinero. Estaba espiritual, física y emocionalmente vacía. Ella afirmó que “el Señor la había tratado amargamente”. Al final del libro, Noemí estaba espiritual, física y emocionalmente llena. Dios no se olvidó de Noemí. El bebé en su regazo lo demostró. Noemí, que se había lamentado amargamente de no tener heredero, ahora tenía uno en sus brazos. Dios había restaurado su seguridad financiera y su estatus en la comunidad. Había cerrado el círculo: de Mara a Noemí, de amarga a placentera, de vacía a llena, de pródiga sin un centavo a bisabuela de un rey, el rey más grande de la historia de Israel. Pasó de ser una anciana sin hijos y sin herederos a ser un antepasado de Emanuel, Dios con nosotros, Jesucristo.

En última instancia, el mensaje de Rut es la bondad amorosa de Dios, que conduce a la restauración y a la bendición, física y espiritual. Esto es lo que hace Dios; Él restaura lo que el pecado y la rebelión han destruido. Podemos aprender de la transformación de Noemí que nuestro Dios está muy consciente de nuestras necesidades y está profundamente preocupado por nuestro bienestar. La muerte de Cristo en la cruz puso el bienestar de los creyentes por delante de sí mismo.

La magnífica restauración de Noemí es el tipo de transformación que Dios realiza en las vidas de todos los que confían en Él como su Señor y Salvador. Todos pasamos por la misma transformación: de amargo a placentero, de vacío a pleno, de estar fuera de la familia de Dios a ser hijos del Todopoderoso, coherederos con Cristo. No puede haber una transformación más extraordinaria. En Faithful God: An Exposition on the Book of Ruth, Sinclair Ferguson dijo: “Este es el camino de Dios. Él toma las cosas débiles de este mundo y por medio de ellas confunde las cosas que son fuertes; por medio de las cosas bajas y despreciadas, avergüenza a los fuertes; y por medio de las cosas que no son, confunde las que son.”

¿Crees que la redención de Noemí fue mayor que la de Rut? ¿Hay personas en tu vida que se beneficiarían al enterarse de tu transformación?