¿Miedos? Espera en DiosMuestra

Exodo 14, narra como Dios libró al pueblo de Israel al cruzar el mar rojo.

Ya, lo que al sentir de Israel era lo peor que habían vivido: la esclavitud en Egipto, había sido superado con la salida de ese lugar. Ahora, se veían reenfrentando el problema en terreno desconocido; por lo menos en Egipto sabían donde serían sepultados al morir (v.11).

He vívido un mismo tipo de problemas en distintas etapas de mi vida, y pareciera que la siguiente vez; veo el mismo problema con más temor que la anterior, aun habiendo gozado de ver la mano de Dios rescatándome.

Los cristianos no estamos exentos de los problemas del mundo, pues en él vivimos; a nosotros también nos despiden de trabajos, se nos acaba la despensa, nos enfermamos, se nos mueren seres queridos, tenemos familia que no nos apoyan, amigos que nos traicionan, hijos que nos lloran por hambre, vivimos violencia en casa, todo lo que tú puedas imaginarte y hasta lo que no quieres imaginar...

Pero entre los que tenemos a Dios con nosotros y los que han decidido caminar este viacrucis a solas; hay una diferencia IMPORTANTE.

El verso 14 dice: *El Señor peleará por ustedes...*

El faraón tenía también un problema que estaba dispuesto a solucionar (a su manera), se había quedado sin esclavos y derrotado ante una nación que lo consideraba un Dios; Moisés tenía el suyo con Israel, con un perseguidor dispuesto a matar detrás y un mar delante.

Ambos entraron en un mar abierto por el mismo Dios, pero con distintas expectativas. Al final, el pueblo de Israel pasó en medio del mar por tierra seca (v.29), y los egipcios fueron cubiertos por las aguas (v.28).

Israel vio su problema (a los egipcios) de dos maneras durante esta historia: 1, como un problema inminente; no importa donde vaya, este mal vendrá por mí (v. 10-12); 2, un problema que ya fue vencido (v.30).

Antes de llegar a ese final, Israel debió verse acorralado (v.3); desesperanzado(v.12); con incertidumbre, viendo que tal vez Dios los abandonaba (v.19).

Dios no solo esta justo cuando surge la dificultad, Dios está desde ante que aparezca el problema, con el plan armado para tu rescate (v. 1-4). Dios no solo te conoce a ti, también conoce a profundidad lo que infunde temor en ti y se coloca en medio de el problema y tú (v.20). Así como cuando ya tenía la salvación de la muerte en su plan, antes de la caída en Génesis 3.

No quiero que dejes de leer el verso 31, de Exodo 14: *Cuando Israel vio el gran poder que el Señor había usado contra los egipcios, el pueblo temió al Señor, y creyeron en el Señor y en Moisés, Su siervo.*

Israel creyó en Dios después, no durante la dificultad. No hay garantía de mi parte que yo, aun siendo del pueblo de Dios, crea firmemente que Dios está obrando para bien en medio de mi dolor; y en ese mismo orden dice el verso 28 que no quedó, de los egipcios, NI UNO de ellos; otros problemas nuevos y no tan nuevos surgieron pero jamás con los egipcios.

El día que Dios diga: ¡hasta aquí este miedo que te persigue! No volverás a huir de eso jamás. Mientras, recuerda que estás en el grupo que logró cruzar el mar sin mojarse, no entre los ahogados y desaparecidos del mapa.

Confía y espera en el Señor.