El LlamadoMuestra

Es fácil perder de vista este llamado principal en medio de las demandas y distracciones de la vida diaria. A veces nos dejamos llevar por los anhelos y expectativas del mundo, buscando éxito, reconocimiento o logros materiales. Sin embargo, es esencial recordar que nuestro verdadero llamado se encuentra en la relación con Dios.

Puede que te hayas preguntado alguna vez cuál es tu propósito en esta vida, cuál es tu llamado específico. Y aunque es válido buscar cómo servir a Dios en tareas específicas, no debemos olvidar que el fundamento de nuestro llamado es ser salvos, ser santificados y tener comunión con Él. Esa es la base desde la cual podemos cumplir cualquier otra labor en Su obra.

Hoy te invito a tomarte un tiempo para reflexionar sobre este llamado principal en tu vida. Reconoce la importancia de ser salvo, de experimentar la gracia y la redención que Dios te ha dado a través de Jesucristo. Deja que la realidad de tu salvación te llene de gratitud y te motive a vivir en obediencia a Dios.

Además, considera la llamada a la santificación. Dios quiere transformar tu carácter, conformándote a la imagen de Cristo. Permítele trabajar en ti, depurando tus motivos, pensamientos y acciones, para que reflejes Su amor y verdad en todo lo que hagas.

Finalmente, recuerda que Dios te llama a tener comunión con Él. Él desea una relación íntima contigo, en la cual puedas conocerlo más profundamente, escuchar Su voz y caminar en obediencia a Su Palabra. Busca momentos de intimidad con Dios en la oración, la lectura de Su Palabra y la adoración. Cultiva una comunión constante con Él, porque en Su presencia encontrarás dirección, consuelo y fortaleza.

Enfócate en vivir tu llamado principal cada día. Pídele a Dios que te ayude a crecer en tu relación con Él y a vivir en obediencia a Su voluntad. Recuerda que este llamado no depende de tus habilidades, talentos o circunstancias. Es un llamado que Dios te ha dado por Su gracia y amor inmerecido.

En resumen, tu mayor llamado es ser salvo, ser santificado y tener comunión con Dios. Desde ese fundamento, Él te guiará hacia las labores específicas que te tiene preparadas. Confía en que Él te equipará y capacitará para cumplir Su propósito en tu vida.

Preguntas de reflexión:

• ¿Cómo has experimentado la salvación, la santificación y la comunión con Dios en tu vida?
• ¿En qué áreas de tu vida sientes la necesidad de crecer y profundizar en tu relación con Dios?