El LlamadoMuestra

En este pasaje, el Señor escogió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos delante de Él a todas las ciudades y lugares que tenía pensado visitar. A través de estas palabras, deseo recordarte que el llamado de Dios se divide en el ir y el enviar.

Podemos ver que algunos son llamados a salir y realizar una tarea específica. Son aquellos que van, aquellos que se levantan y responden al llamado de Dios para llevar Su mensaje a otros. Son misioneros, pastores, evangelistas y trabajadores sociales que se adentran en el mundo, dispuestos a enfrentar desafíos y a salir de su zona de confort por amor a Dios y a sus semejantes.

Sin embargo, también existe el llamado a enviar. Algunos son llamados a apoyar, respaldar y enviar a aquellos que van. No todos son llamados a salir físicamente, pero tienen un papel crucial en el plan de Dios. Son aquellos que tienen la capacidad de generar y administrar recursos, aquellos que tienen el don de orar, aquellos que, debido a su edad, discapacidad o circunstancias, no pueden ir en persona pero pueden sostener en oración y proveer apoyo financiero a los que van.

Te invito a que consideres cuál es tu papel actual en el plan de Dios. Evalúa si te encuentras en la posición de ir o enviar y cómo puedes cumplir ese rol de manera efectiva. Si sientes el llamado a ir, pregúntate cómo puedes utilizar tus habilidades y recursos para llevar el amor y la esperanza de Cristo a los que te rodean. Si te encuentras en la posición de enviar, pregúntate cómo puedes apoyar y respaldar a aquellos que van, ya sea a través de la oración, el apoyo financiero o brindando un ambiente de cuidado y aliento.

Recuerda que el llamado de Dios es diverso y cada uno de nosotros desempeña un papel único en Su plan. No importa si vas o envías, ambos roles son igualmente importantes y complementarios. No se trata de competir entre nosotros, sino de trabajar juntos como un cuerpo, cada uno cumpliendo su función designada por Dios.

Preguntas de reflexión:

• ¿Te consideras alguien que va o alguien que envía en términos de tu llamado? ¿Por qué?
• ¿Cuáles son tus recursos y dones actuales que podrías utilizar para cumplir tu llamado? ¿Estás dispuesto a salir de tu zona de confort si Dios te llama a hacerlo?