Siete Días De EsperanzaMuestra

Cuando leemos en los Evangelios la descripción de todas las afrentas que nuestro Señor Jesucristo tuvo que atravesar, es inevitable sentir pesar y a la vez maravillarnos del amor de Dios.

En muchas ocasiones, hemos expresado nuestro dolor y decimos que no lo merecemos o que nadie en este mundo puede comprender lo que estamos pasando. Sin embargo, ¿te has detenido a pensar en Jesús? ¿Acaso Él merecía todo el quebranto que sufrió? ¿Mereció Él ser crucificado? O, ¿era justo que Él fuese humillado por aquellos soldados romanos? Claro que no, pero Él lo hizo por amor. Todo fue llevado a cabo por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, que nuestro Señor fuese clavado en una cruz.

Qué maravilloso pensar en nuestro Señor Jesucristo cuando nos encontremos en medio de problemas y aflicciones. Él sufrió, pero no sólo eso, sino que venció y ahora Él está con nosotros en cada situación de la vida.

"El que mantiene su mirada fija en la sangre de Jesús, disfrutará de la paz con Dios y será librado de todos sus pecados y sus miedos serviles" (James Smith).