Libertad De La AdicciónMuestra

Cuando me vi atrapado en las garras mortales de la adicción, no tenía paz en mi vida. La adicción me dio la ilusión de que tenía algo de paz, pero solo me sentía bien por un período corto y eso era seguido por sentimientos de vergüenza, culpa y ansiedad cuando las drogas y el alcohol desaparecían. No podría tener una adicción y una verdadera paz en mi vida. Era uno o el otro.

Las cosas empezaron a cambiar cuando comencé a buscar la paz de Dios en mi vida diaria. Fue entonces cuando pude comprender que la razón por la que podemos permanecer en perfecta paz cuando nuestra mente está fija en el Príncipe de la Paz. Esa paz es la presencia de una persona, y esa persona es Jesucristo.

Una relación viva y palpitante con Jesús es nuestra fuente de paz.

Fue cuando comencé a caminar y hablar con Él diariamente que Su cultura de paz se convirtió en mi realidad. Cuanto más he aprendido a albergar Su presencia, más veo que no necesito tratar de controlar las cosas en mi vida. Puedo descansar en Su paz y saber que Él está trabajando en planes para prosperarme y no para dañarme, planes para darme esperanza y un futuro. (Jeremías 29:11)

La vida en Cristo nos concede una paz que supera nuestra capacidad de comprenderla. (Filipenses 4:7) No tengo que entenderlo todo, solo necesito seguir y permanecer en unión con Aquel que lo entiende todo.

Consejo de oración

Pídele a Dios que te enseñe cómo permanecer en Su paz, sin importar tus circunstancias. No podemos controlar todo lo que nos llega en la vida, pero podemos controlar cómo respondemos. Vivir en Su paz nos da poder para responder a la vida de manera más saludable. Toma un tiempo para sentarte, bajar tu ritmo y pedirle a Dios que aumente Su paz sobre ti. Pídele que te dé poder y te haga consciente de Su presencia pacificador en tus actividades diarias.

Paso de acción

Toma un paso fuera de tu zona de confort tratando de aumentar la paz en la vida de otra persona hoy. Tal vez, pregunta si puedes orar por esa persona. Hazles un favor sin que te lo hayan pedido. Agradece al azar a una persona y anímala.

Cualquiera que sea la forma en que difundas la paz y el amor de Dios hoy, observa cómo Su paz aumenta en tu vida a medida que difundes Su amor.