INTACHABLE en nuestra manera de vivir

¿Quién en pleno siglo XXI se pone a analizar sus pensamientos y acciones para saber si son correctas cada día, y más aún si son agradables delante de Dios? Muy, muy pocos, por no decir casi nadie. Todos estamos tan inmersos en el movimiento del mundo y sus distracciones que nos olvidamos de analizar si nuestros pensamientos y nuestra manera de vivir son agradables delante de Dios.

Muchos levantamos excusa tras excusa, el estudio, el trabajo, la familia, los proyectos, pero porque no hacemos algo hoy. Piensa por un par de minutos en cómo has estado viviendo hasta ahora. Y si tuviéramos la oportunidad de tener a Dios delante nuestro, ¿podemos estar seguros que no tener nada de qué avergonzarnos?

Nuestra manera de vivir debe dar buen testimonio a los demás que todo lo que hacemos y decimos honra a Dios. Nuestras acciones deben ser un reflejo de esa transformación que hemos experimentado por medio de Cristo. Muchos cristianos olvidan que son embajadores de Jesús y Su Evangelio. Es muy fácil creer que lo que hago no está mal si soy yo quien pone las reglas para definir lo bueno y lo malo. Por ello, debemos dejar que sea la Palabra de Dios la que nos guíe en cada decisión que tomemos y en absolutamente todo lo que hagamos. Si necesito reconocer entre el bien y el mal, esto no lo definirán las personas de este mundo, ni tampoco sus leyes sino el Creador de todo lo que existe.

En ocasiones, sucede que por malas prácticas nos encontramos con la inculpabilidad o insensibilidad frente al pecado. Nos rehusamos a aceptar o reconocer que estamos actuando y viviendo mal, tomando malas decisiones, y lo más probable sea que nos esté haciendo falta la dirección del Espíritu Santo en nuestras vidas. Hay personas que toman la decisión de entregarle a Dios parte de sus vidas pero no un control total de ellas. Y para experimentar una transformación genuina Jesús debe remover toda nuestra vieja manera de vivir.

Debemos quitar de nuestro camino toda mentira, pleito, enojo, hurto, toda acción indecente y deshonrosa según la Palabra de Dios y cambiar para que nada corrompido salga de nuestros labios sino ser de edificación para los que nos ven y escuchan. Dios es tres veces Santo y nos llama a que seamos santos como Él. La palabra INTACHABLE quiere decir “que no admite ni el más mínimo error”. La única forma de lograrlo es por medio de Cristo en nosotros. Este desafío no debe ser temporal o circunstancial sino PERMANENTE en nuestra vida en esta tierra, todas nuestras acciones deben glorificar a Dios y nada malo debe decirse de nosotros hasta la venida de nuestro Señor.

¿Qué necesitas cambiar en tu manera de vivir para agradar más a Dios?