Camino Hacia La MadurezMuestra

Fruto que permanece.

Hoy es el último día de lectura y quiero animarte a que creas en tu corazón y en tu mente que a partir de hoy darás fruto todo el tiempo. Aún a pesar de las tempestades, de las dificultades o de cualquier adversidad o carencia que se presente en tu diario vivir de fe, no será fácil, pero a Dios le agrada que tengas fe por encima de los pronósticos que se puedan presentar.

Que no te sorprenda si alguien aparenta mucho fruto "siendo usado con grandes dones". Lo importante es el carácter que debe haber en una persona con dones, porque si no, será como la higuera que Jesús maldijo. Era obvio que tenía mucha hoja y que por eso "ella creía" que tenía fruto, pero al ir a buscar higos, el Señor no encontró más que hojas. Así son muchos cristianos, sin carácter, "con mucha hoja y poco fruto".

Y es que, aunque para la higuera no era tiempo de dar fruto, por lo menos debía tener “un indicio” como unos “nódulos” o “botones” que asegurarían que sí iba a dar fruto en su tiempo. También el cristiano debe tener “ese indicio”, que es el carácter, pues éste asegura a Dios “que en su tiempo” dará el producto deseado para el cual fue creado.

Dios nos llamó para que pudiéramos dar un fruto que permanece. Esto quiere decir que, lo que en nosotros sea forjado por Él, permanecerá y no será destruido por el adversario. Eso nos hará crecer en gracia y favor delante de Dios y delante de los que nos rodean como testigos que vigilan nuestro comportamiento.

Hoy empiezan esos días de fruto permanente y de madurez que exaltan a Jesús, porque para eso fuimos llamados.