Camino Hacia La MadurezMuestra

¿Y si no soy un “buen cristiano”?

Te sorprendería si te dijera que aún yo como pastor también a veces me lo pregunto, porque en ocasiones para la gente no soy “lo suficientemente bueno” como para llamarme hijo de Dios, y mi mente se cuestiona más de lo que debe.

Llegan pensamientos muy duros que terminan por menguar mi fe y mis energías para poder continuar, no es que quiera dejar de ser pastor o hijo de Dios por eso, pero a veces, el corazón y la mente se cuestionan si realmente Dios trabaja en nosotros.

Pero cada vez que voy a Jesús le llevo esos pensamientos y le pido que los encarcele y que no permita que hagan barreras en mi mente y que “construyan” argumentos que me hagan sentir que Dios “no pudo, no puede o no podrá transformar mi vida”.

Si me lo permites, te aconsejo que también le pidas a Dios lo mismo todos los días, hasta que esos pensamientos no vuelvan a tu mente, después de hacer esto, aún nos quedará un paso más antes de continuar con nuestra vida diaria.

El rey David era muy apegado a Dios, por eso sabía la fórmula correcta para nunca tener el corazón contaminado o inclinado a la maldad, le decía a Dios:

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos”.

¿Por qué el cristiano maduro, no solo sabe hacer las cosas bien, sino que sabe a dónde ir cuando siente que no todo está saliendo cómo él esperaba?, porque las raíces de su corazón son como un árbol que crece y “rompe las banquetas del vecindario”.

Lo malo es que el proceso es lento y silencioso, pero muy efectivo.