El mejor líder, el mejor seguidorMuestra

Día #6: Sin reservas

“Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes” (Juan 15:15).

La amistad es un regalo de Dios para nosotros, hombres y mujeres aquí en la tierra. De hecho, el pastor Otoniel Font menciona en su libro la siguiente expresión: “Le pedí a Dios un milagro y me dio un amigo”.

Eso es mucho decir. Ver la amistad como un milagro para tu vida y la mía es sanador, es de inspiración y motivación.

Pensarás: "¿De motivación?".

Pues sí, la motivación a no solo buscar amigos, sino a aprender a ser un amigo(a).

De motivación al pensar que Dios puede añadir bendición, puede añadir respuesta a oraciones, puede añadir risa, consuelo, pero también corrección a través de un verdadero amigo.

Cuando miramos este verso inicial, podemos ver el deseo de Jesús en desarrollar esta relación contigo y conmigo.

Él desea estar cerca de ti, al igual que desea que tú estés cerca, hablar contigo de forma sincera, de la manera en que tú puedes ser siempre tú con Él.

Algo que usualmente caracteriza a los buenos amigos es la confianza que se desarrolla. La transparencia de confiarse secretos o conversaciones que solo tienes con esa persona. Confianza que ha crecido, se ha desarrollado y ha madurado. Esa que te permite ser tú, sin sentirte culpable o juzgado.

¿Puedes pensar en alguien así en tu vida?

Pues independientemente de tu respuesta, te recuerdo que Jesús es ese amigo.

Como Él mismo dijo, Él nos ha dado a conocer eso que el Padre le ha confiado. Debes entender que esas conversaciones con Él son únicas, son valiosas; y no existe nadie que te ame y te pueda entender más que Jesús.

Abrir tu corazón a Él y tener la disposición de acercarte de esa forma transformará tu vida. Dice una frase popular: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

¿Quién dirá la gente que eres?

Examina tu vida y tu círculo más cercano. ¿Te acercan a Jesús? ¿Otros pueden ver a Jesús en ti, en tus acciones, en tus palabras, y en tus interacciones diarias? ¿Te consideras amigo(a) de Jesús?

Él siempre está dispuesto, y hoy es el día perfecto para comenzar hacer crecer esta relación y que se convierta en la más significativa y duradera de tu vida.