Estoy aquí, SeñorMuestra

Con todos mis problemas

En mi experiencia, las mujeres están muy por delante de los hombres en el área de oraciones por ayuda. Los hombres somos criaturas obstinadas. Vamos todo el tiempo que podemos soportarlo tratando de hacer todo por nuestra cuenta. De alguna manera nos metemos en la cabeza que si pedimos ayuda, somos débiles. Perdemos el juego. Podríamos perder nuestra "tarjeta de hombre". Hay una larga historia sobre hombres que prefieren conducir en círculos durante media hora cuando podrían haber recibido ayuda en tres minutos. Es cierto.

No tiene sentido sufrir más de lo necesario. Dios no solo acepta nuestras llamadas de ayuda; Él nos anima a hacerlas. El libro de los Salmos de la Biblia da muchos ejemplos de creyentes, incluidos los hombres, que habían agotado sus propios recursos y necesitaban la ayuda divina. "Los lazos de la muerte me envolvieron, y me angustié al verme tan cerca del sepulcro; mi vida era de angustia y de aflicción constante. Pero en el nombre del Señor clamé: «Señor, ¡te ruego que me salves la vida!»" (Salmo 116:3,4).

¿Qué cargas llevas ahora mismo con las que necesitas ayuda? (Psst—chicos, no hay vergüenza en pedir la ayuda de Dios. Aquel que no dudó en enviar a Su propio Hijo a la cruz ha demostrado más allá de toda duda que nos ama. Si hizo la Cosa más Grande, seguramente hará las cosas más pequeñas para ayudar a Sus hijos.

Él tiene recursos para enviar a tu vida, pero está esperando que se lo pidas.