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¿Quién Me Ayuda Con Mi Pecado?Muestra

¿Quién Me Ayuda Con Mi Pecado?

DÍA 2 DE 3




He etregado sangre inocente

Finalmente, Judas dimensionó la consecuencia de su traición. Quizás los miembros del sanedrín lo habían engañado haciéndole creer que Jesús solo sería encarcelado, tal vez latigado. Pero, aparentemente, Judas no pensaba que Jesús sería condenado a muerte.

Debemos recordar siempre que: “El pecado en sus inicios siempre te mostrará una cara incompleta, el enemigo es hábil para ocultar todas las consecuencias que trae el pecado”.

Para el momento en que se dio cuenta de la gravedad de su error, ya era demasiado tarde. Quiso cambiar su decisión, pero ya no lo podía hacer.

Viendo que era condenado

Pronto la escena quedó clara, a Jesús lo arrestaron para llevarlo a la cruz como un criminal.

En el relato de Mateo encontramos la frase que señala la realidad a la que Judas había caído: “Viendo que era condenado”.

Judas había entregado voluntariamente a un hombre que no le había hecho daño a nadie. Y ahora, por causa de este acto de traición, aquel inocente era sentenciado a morir en la cruz. Judas corrió hacia el lugar donde estaban los miembros del sanedrín, tratando de detener el acto injusto que estaba a punto de suceder.

He entregado sangre inocente

Judas imaginaba que su sentimiento de culpa terminaría con una muestra de remordimiento ante las autoridades del sanedrín, pero pronto se dio cuenta de que eso no ocurriría.

Nosotros, igualmente, tenemos una conciencia que nos confronta cuando cometemos un error. Es de sabios hacer caso a esa voz interna. Es la voz de Dios invitándonos al arrepentimiento. Es que cuando cometemos un pecado estamos generando una distancia entre el Señor y nosotros. El pecado en nosotros afecta nuestra relación con Dios.

La frase de Judas la podríamos decir todos nosotros: “Hemos entregado sangre inocente”, porque Jesús, el inocente, murió por todos nosotros.

El Espíritu Santo habla en tu interior indicándote cuando es necesario que te arrepientas y que le confieses al Señor tus pecados. Esa es la única forma de recibir el perdón y la paz.

Señor, pon en mí un corazón sensible a Tu voz. Cuando me indiques que debo arrepentirme de algo, no quiero poner excusas. Aunque mis pecados fueran pequeños comparados con los de otros, aun así quiero aprender a confiar en Ti, confesándome y apartándome del mal camino. Quiero cuidar mi relación contigo.

Escrituras

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

¿Quién Me Ayuda Con Mi Pecado?

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Nos gustaría agradecer a es.jesus.net por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://es.jesus.net/

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