LIDIA

PUEDES EMPRENDER Y PROSPERAR SIN MARIDO

Pablo y otros seguidores de Jesús estaban en Filipos y decidieron ir a las orillas del río donde sabían que las mujeres judía se reunían a orar. Allí conocieron a Lidia, quien era una mujer emprendedora que tenía su propio negocio de venta de telas muy costosas. Ella era oriunda de Tiatira, una región muy famosa por textiles color púrpura. Lidia creyó en la palabra que le dijeron sobre Jesús y se convirtió al cristianismo. Luego ella y sus hijos se bautizaron. No menciona que tenía esposo o si era viuda. Si hubiese tenido esposo se hubiese mencionado. Lidia era una mujer influyente que usó sus recursos para apoyar al ministerio de los apóstoles. Ella ofrecía su casa para hacer reuniones de la iglesia. También era hospitalaria, ella le rogó a Pablo que se hospedara en su casa. No hay duda que Lidia usó su influencia para apoyar la comunidad cristiana.

De esta mujer emprendedora podemos aprender que:

• Siendo adultos debemos bautizarnos, haciendo una profesión pública de fe que diferencia nuestra vida antigua de la nueva. “Así que, no esperes más; levántate, bautízate y pídele al Señor que perdone tus pecados” (Hechos 22:16).

• Puedes emprender un negocio sin pareja.

• Los hombres inteligentes respetan el liderazgo e influencia de las mujeres.

• Pablo fue dónde estaban las mujeres porque eran ellas las que estaban dispuestas a escuchar y creer.

• Todo lo que hagas mientras emprendes sola será para ti y nadie podrá quitártelo.

• Debemos ser líderes en nuestra familia, para lograr influenciarlos positivamente.

• Cuando compartimos las bendiciones que tenemos nos hacemos más prósperas.

• La hospitalidad es una cualidad especial que todas debemos desarrollar.

• Las primeras iglesias se reunían en pequeños grupos en casas.

• Los grupos de mujeres son antiguos.

• Cuando seas prosperada recuerda compartir tus bendiciones con los menos afortunados.

Tal vez, deseas emprender y crees que no puedes porque no tienes el diner o la influencia. O, porque crees que lo que tú haces no es suficientemente bueno, o que alguien lo hace mejor, o que las mujeres de tu edad no hacen eso. Mucha gente va a querer desanimarte cuando le cuentas tus planes. Otros empiezan a decirte todas las razones por las cuales no deberías ser como Lidia. Quiero animarte a que confíes en tus talentos, en eso que tú cocinas que es sabroso, en la profesión que tienes, en tu deseo de hacer una fundación o emprender un negocio. Solo debes comenzar. Todos los que ahora son grandes y prósperos también comenzaron desde abajo. Un día podrás ser como Lidia, de la cual todavía estamos hablando hoy, porque en un tiempo donde las mujeres no tenían nada, ella era dueña de su propio negocio, hospedaba gente en su casa y daba de lo que tenía. Dios bendiga y prospere todos los proyectos, emprendimientos e ideas que Él deposite en tu mente y corazón.