RODE

NO SOMOS TAN LOCAS COMO ALGUNOS CREEN

Pedro había sido encarcelado y los miembros de la iglesia oraban por él en todo momento. Una noche Dios le envió un ángel que lo ayudó a escapar de la cárcel, aún enfrente de todos los soldados. Él se apareció en la casa donde estaban orando por él y la sirvienta de la casa, llamada Rode salió a ver quién llamaba a la puerta. Ella reconoció la voz de Pedro, pero se puso tan contenta que, en vez de abrir la puerta, regresó a contarles a todos lo que estaba pasando. Todos le decían loca porque era imposible que Pedro estuviera ahí cuando se suponía que estaba en la cárcel vigilado por cuatro soldados. A la insistencia de Rode ellos fueron a la puerta y se quedaron sorprendidos de verlo allí. Luego él escapó a otra ciudad donde no lo pudieron encontrar.

De esta mujer llamada loca podemos aprender que:

• Cuando seamos confrontadas, debemos mantener nuestra integridad y versión del asunto, aunque la gente no nos crea.

• Cuando decimos la verdad, no tenemos que preocuparnos.

• Siempre ayuda tener testigos cuando se estén resolviendo asuntos importantes (Mateo 18:16).

• No importa que tipo de trabajo hagas, debes ser diligente, responsable y honesta.

• Ante situaciones inesperadas, los nervios a veces traicionan. Recupérate lo antes posible y continúa.

• Si dices la verdad, no te preocupes de las calumnias.

• Si estás deprimida o tienes duda de tus capacidades mentales, busca ayuda profesional de salud mental.

• Duele cuando la gente duda de tu palabra.

• Mantén tu vida equilibrada en alma, mente y cuerpo.

• Pregúntale a una persona neutral que opina sobre tu comportamiento para corroborar lo que otros dicen sobre ti (Daniel 4:24-37).

• Aprende a identificar gente manipuladora que te hace creer que estás loca.

Mujer, a muchas nos han llamado locas. A veces hasta lo hemos creído. Cuando alguien siembra duda, la tendencia es dudar de nuestra verdad. “Tal vez vi mal, tal vez es mi imaginación, tal vez debería confiar más, tal vez si estoy loca”. Desarrolla una firmeza de carácter que te permita discernir entre la verdad y la mentira de un asunto. Así nadie podrá hacerte creer algo que no es cierto. Si en realidad tienes algún problema de salud mental, por favor buscar ayuda. Dios te devolverá tu sano juicio.

“Elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre” (Daniel 4:36).