Dándole Su Lugar a Dios.Muestra

¡Sublime y Excelso Dios!

¿Por qué nos olvidamos de la esencia de Dios? Sucede que en el día a día los seres humanos estamos cargados de muchas situaciones las cuales nos desvían del camino correcto, quienes luchan por mantenerse en el camino de la vida son llamados locos, fanáticos e incluso ignorantes.

Lastimosamente cuando nos desviamos del camino correcto minimizamos la esencia de Dios; recordemos que Él es sublime y excelso; no hay nada ni nadie que se comparen con Él. Cuando analizamos la Palabra nos damos cuenta de que Dios no comparte Su gloria con nada ni nadie; así nos lo dice claramente en Isaías 42:8: “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas”. Debemos recordar que el lugar de Dios es un lugar privilegiado que nada ni nadie le podrá quitar; el mismo Lucifer cuando se reveló y quiso tomar el lugar de Dios en el trono fue arrojado del cielo y debe obediencia a Jehová Dios; no hay nada que pueda hacer sin el permiso de Dios.

No es menester de este devocional hablar sobre Satanás, esto minimizaría la gloria de Dios porque estaríamos desviando el tema principal, solo hago mención de este porque él mismo debió humillarse y sabe que está derrotado, que no puede contra la gloria, el poder y la majestad de Dios; sus principados y potestades tiemblan ante el Nombre de Cristo porque Él derrotó a la muerte y al pecado; Él nos dio vida para alabanza de nuestro Dios y Padre. Es por ello que debemos ser agradecidos con Dios y nunca olvidarnos de Su poderosa esencia.

Oremos:

Padre Bueno, te damos gracias por permitirnos ser hechos hijos Tuyos mediante el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; hoy te damos a Ti el primer lugar en nuestra vida. En el nombre de Jesús queremos pedirte que cada día nos ayudes a reconocer Tu domino, poder y gloria; que cuando el enemigo venga a atacar nuestra vida no nos dejemos amedrentar porque sabemos que de Ti viene la victoria. Sin importar las circunstancias sabemos que eres Todopoderoso, Sublime y Excelso, que no hay nada ni nadie que nos pueda quitar de Tu mano ni podrá tocarnos el mal si estamos bajo Tu cobertura, amén.