Dándole Su Lugar a Dios.Muestra

Nuestro socorro.

La majestuosidad de Dios es comparable con Su amor y Su misericordia que son infinitas. La Palabra nos habla una y otra vez de lo maravilloso que es Su amor para con el hombre.

Leamos lo que nos dice el Libro de Génesis 3:21: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió”. Esto en su contexto es un acto maravilloso de amor; Dios dice al hombre que no coma del árbol del conocimiento del bien y del mal; el hombre falla y se lleva a cabo el primer pecado de la humanidad; Dios en lugar de destruir al hombre hace un sacrificio de animales para hacer la túnica que revestía al hombre y le cubría su vergüenza.

No sé si alguna vez has notado lo maravilloso de esta historia porque nos demuestra la paciencia, amor y bondad de Dios para con nosotros los seres humanos. Desde el inicio de los tiempos, el hombre falla de diversas maneras, Dios le ama y perdona a través de un sacrificio y le cubre para que no se avergüence. Esto lo vimos cuando Cristo padeció por nosotros en la Cruz del Calvario y se pagó el precio de nuestra libertad por medio de la Cruz de Cristo; ahora debemos reconocer el lugar de Dios como nuestro Redentor, debemos reconocer humildemente que nuestra esencia es pecaminosa y que, de no ser por la gracia, no podríamos obtener al vida eterna.

Oremos con humildad y demos gracias a Dios porque nos sostiene con Su diestra:

Padre Bueno, te damos infinitas gracias por ese amor incomparable que tienes para con nosotros. En el nombre de Jesús te pedimos que nos ayudes a cambiar, que ese hombre animal, bestial e imperfecto que mora en nosotros vaya menguando para que seamos más y más como Jesús, quebranta todo nuestro ser para ser semejantes a Tu Hijo, puro y perfecto; queremos habitar cada día en Tu presencia para ello nos despojamos del viejo hombre que está viciado de pecado y nos revestimos con el poder de Tu Santo Espíritu, amén.