La Biblia en un AñoMuestra

Reflexión: ROMPIENDO CON LA DUREZA DE NUESTRO CORAZÓN

"Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo" (Joel 2:12-13).

Desde el mismo día de la creación del hombre, en el huerto del Edén, el Espíritu de Dios le dio a Su creación el libre albedrío, que no es más que la decisión personal de elegir por lo bueno o lo malo.

En estos pasajes de Joel vemos a un profeta del Dios Altísimo transmitiendo con toda pasión un mensaje para que el pueblo se convierta de todo corazón a Dios. No con demostraciones externas, como era costumbre en ese tiempo, como el rasgar sus vestidos en señal de arrepentimiento y tristeza; sino que verdaderamente rompieran con la dureza de su corazón. Dios, que es misericordioso, siempre está esperando pacientemente para soltar su perdón sobre sus hijos.

Qué extraordinario es saber también que, al elegir obedecerle a Dios y optar por Su presencia, hay promesas de bendición que se desatan no solo para nosotros, sino para todas nuestras generaciones. Promesas del derramamiento de u Espíritu, bendiciones y restitución de lo que el enemigo nos arrebató.

Te desafío a preguntarte: ¿Verdaderamente me arrepentí de todos mis errores? ¿Amo zu presencia más que todo en esta vida? Tu respuesta sincera y tu decisión de cambio por el Señor marcarán los años por venir.