La Biblia en un AñoMuestra

Reflexión: CON AMOR ETERNO

"Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Aún te edificaré, y serás edificada..." (Jeremías 31:3-4).

¡Qué gratificantes son las palabras de Jeremías en este pasaje! Nos recuerda que Dios se manifestó a nosotros con un amor eterno. La palabra eternidad hoy en día pareciera una utopía, el amor para toda la vida está en descrédito. Es una época en la que el amor es efímero, los matrimonios lo son, y está muy en boga el “juntos hasta que el amor se termine”. Familias de sangre totalmente separadas y desvinculadas, padres que no reconocen a sus hijos, hijos que no tienen relación con sus padres... Qué vara alta nos pone el Señor, porque si Su amor hacia nosotros es eterno, como hijos Suyos deberíamos velar por esa clase de amor hacia Él, en primer lugar, y hacia nuestra familia. Su amor es fiel, no cambia, ¿y el nuestro?
Dios nos dice que Su amor, pase lo que pase, sigue vigente.

Aunque fallemos, y en ocasiones seamos débiles, el amor de Dios por nosotros nunca cambia.

Recuerda: ¿Recuerdas el día en que Él manifestó por primera vez Su amor en tu vida? Nunca lo olvides. Él no ha cambiado y es quien siempre toma la iniciativa para manifestarnos Su amor. Ese amor se termina de expresar con la extraordinaria promesa de esta palabra: Aún seremos edificados. ¡La obra de Dios no se acabó en nosotros, aún continúa, todavía hay mucho más por delante!