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Biblia Reina Valera 1960

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkPRO">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="PRO.14">
 <div class="label">14</div><div class="q"> 1La mujer sabia edifica su casa;</div><div class="q">Mas la necia con sus manos la derriba.</div><div class="q"> 2El que camina en su rectitud teme a Jehov&#225;;</div><div class="q">Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia.</div><div class="q"> 3En la boca del necio est&#225; la vara de la soberbia;</div><div class="q">Mas los labios de los sabios los guardar&#225;n.</div><div class="q"> 4Sin bueyes el granero est&#225; vac&#237;o;</div><div class="q">Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.</div><div class="q"> 5El testigo verdadero no mentir&#225;;</div><div class="q">Mas el testigo falso hablar&#225; mentiras.</div><div class="q"> 6Busca el escarnecedor la sabidur&#237;a y no la halla;</div><div class="q">Mas al hombre entendido la sabidur&#237;a le es f&#225;cil.</div><div class="q"> 7Vete de delante del hombre necio,</div><div class="q">Porque en &#233;l no hallar&#225;s labios de ciencia.</div><div class="q"> 8La ciencia del prudente est&#225; en entender su camino;</div><div class="q">Mas la indiscreci&#243;n de los necios es enga&#241;o.</div><div class="q"> 9Los necios se mofan del pecado;</div><div class="q">Mas entre los rectos hay buena voluntad.</div><div class="q"> 10El coraz&#243;n conoce la amargura de su alma;</div><div class="q">Y extra&#241;o no se entremeter&#225; en su alegr&#237;a.</div><div class="q"> 11La casa de los imp&#237;os ser&#225; asolada;</div><div class="q">Pero florecer&#225; la tienda de los rectos.</div><div class="q"> 12Hay camino que al hombre le parece derecho;</div><div class="q">Pero su fin es camino de muerte.#Pr. 16.25.</div><div class="q"> 13Aun en la risa tendr&#225; dolor el coraz&#243;n;</div><div class="q">Y el t&#233;rmino de la alegr&#237;a es congoja.</div><div class="q"> 14De sus caminos ser&#225; hastiado el necio de coraz&#243;n;</div><div class="q">Pero el hombre de bien estar&#225; contento del suyo.</div><div class="q"> 15El simple todo lo cree;</div><div class="q">Mas el avisado mira bien sus pasos.</div><div class="q"> 16El sabio teme y se aparta del mal;</div><div class="q">Mas el insensato se muestra insolente y confiado.</div><div class="q"> 17El que f&#225;cilmente se enoja har&#225; locuras;</div><div class="q">Y el hombre perverso ser&#225; aborrecido.</div><div class="q"> 18Los simples heredar&#225;n necedad;</div><div class="q">Mas los prudentes se coronar&#225;n de sabidur&#237;a.</div><div class="q"> 19Los malos se inclinar&#225;n delante de los buenos,</div><div class="q">Y los imp&#237;os a las puertas del justo.</div><div class="q"> 20El pobre es odioso aun a su amigo;</div><div class="q">Pero muchos son los que aman al rico.</div><div class="q"> 21Peca el que menosprecia a su pr&#243;jimo;</div><div class="q">Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.</div><div class="q"> 22&#191;No yerran los que piensan el mal?</div><div class="q">Misericordia y verdad alcanzar&#225;n los que piensan el bien.</div><div class="q"> 23En toda labor hay fruto;</div><div class="q">Mas las vanas palabras de los labios empobrecen.</div><div class="q"> 24Las riquezas de los sabios son su corona;</div><div class="q">Pero la insensatez de los necios es infatuaci&#243;n.</div><div class="q"> 25El testigo verdadero libra las almas;</div><div class="q">Mas el enga&#241;oso hablar&#225; mentiras.</div><div class="q"> 26En el temor de Jehov&#225; est&#225; la fuerte confianza;</div><div class="q">Y esperanza tendr&#225;n sus hijos.</div><div class="q"> 27El temor de Jehov&#225; es manantial de vida</div><div class="q">Para apartarse de los lazos de la muerte.</div><div class="q"> 28En la multitud del pueblo est&#225; la gloria del rey;</div><div class="q">Y en la falta de pueblo la debilidad del pr&#237;ncipe.</div><div class="q"> 29El que tarda en airarse es grande de entendimiento;</div><div class="q">Mas el que es impaciente de esp&#237;ritu enaltece la necedad.</div><div class="q"> 30El coraz&#243;n apacible es vida de la carne;</div><div class="q">Mas la envidia es carcoma de los huesos.</div><div class="q"> 31El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor;</div><div class="q">Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.</div><div class="q"> 32Por su maldad ser&#225; lanzado el imp&#237;o;</div><div class="q">Mas el justo en su muerte tiene esperanza.</div><div class="q"> 33En el coraz&#243;n del prudente reposa la sabidur&#237;a;</div><div class="q">Pero no es conocida en medio de los necios.</div><div class="q"> 34La justicia engrandece a la naci&#243;n;</div><div class="q">Mas el pecado es afrenta de las naciones.</div><div class="q"> 35La benevolencia del rey es para con el servidor entendido;</div><div class="q">Mas su enojo contra el que lo averg&#252;enza.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkPSA">
 <div class="chapter ch91" data-usfm="PSA.91">
 <div class="label">91</div><div class="s">Morando bajo la sombra del Omnipotente</div><div class="q"> 1El que habita al abrigo del Alt&#237;simo</div><div class="q">Morar&#225; bajo la sombra del Omnipotente.</div><div class="q"> 2Dir&#233; yo a Jehov&#225;: Esperanza m&#237;a, y castillo m&#237;o;</div><div class="q">Mi Dios, en quien confiar&#233;.</div><div class="q"> 3&#201;l te librar&#225; del lazo del cazador,</div><div class="q">De la peste destructora.</div><div class="q"> 4Con sus plumas te cubrir&#225;,</div><div class="q">Y debajo de sus alas estar&#225;s seguro;</div><div class="q">Escudo y adarga es su verdad.</div><div class="q"> 5No temer&#225;s el terror nocturno,</div><div class="q">Ni saeta que vuele de d&#237;a,</div><div class="q"> 6Ni pestilencia que ande en oscuridad,</div><div class="q">Ni mortandad que en medio del d&#237;a destruya.</div><div class="b"></div><div class="q"> 7Caer&#225;n a tu lado mil,</div><div class="q">Y diez mil a tu diestra;</div><div class="q">Mas a ti no llegar&#225;.</div><div class="q"> 8Ciertamente con tus ojos mirar&#225;s</div><div class="q">Y ver&#225;s la recompensa de los imp&#237;os.</div><div class="b"></div><div class="q"> 9Porque has puesto a Jehov&#225;, que es mi esperanza,</div><div class="q">Al Alt&#237;simo por tu habitaci&#243;n,</div><div class="q"> 10No te sobrevendr&#225; mal,</div><div class="q">Ni plaga tocar&#225; tu morada.</div><div class="b"></div><div class="q"> 11Pues a sus &#225;ngeles mandar&#225; acerca de ti,#Mt. 4.6; Lc. 4.10.</div><div class="q">Que te guarden en todos tus caminos.</div><div class="q"> 12En las manos te llevar&#225;n,</div><div class="q">Para que tu pie no tropiece en piedra.#Mt. 4.6; Lc. 4.11.</div><div class="q"> 13Sobre el le&#243;n y el &#225;spid pisar&#225;s;</div><div class="q">Hollar&#225;s al cachorro del le&#243;n y al drag&#243;n.#Lc. 10.19.</div><div class="q"> 14Por cuanto en m&#237; ha puesto su amor, yo tambi&#233;n lo librar&#233;;</div><div class="q">Le pondr&#233; en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.</div><div class="q"> 15Me invocar&#225;, y yo le responder&#233;;</div><div class="q">Con &#233;l estar&#233; yo en la angustia;</div><div class="q">Lo librar&#233; y le glorificar&#233;.</div><div class="q"> 16Lo saciar&#233; de larga vida,</div><div class="q">Y le mostrar&#233; mi salvaci&#243;n.</div>
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 <div class="book bkREV">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="REV.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">El mensaje a Sardis</div><div class="p"> 1Escribe al &#225;ngel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete esp&#237;ritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:</div><div class="p">Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y est&#225;s muerto. 2S&#233; vigilante, y afirma las otras cosas que est&#225;n para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. 3Acu&#233;rdate, pues, de lo que has recibido y o&#237;do; y gu&#225;rdalo, y arrepi&#233;ntete. Pues si no velas, vendr&#233; sobre ti como ladr&#243;n, y no sabr&#225;s a qu&#233; hora vendr&#233; sobre ti.#Mt. 24.43-44; Lc. 12.39-40; Ap. 16.15. 4Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andar&#225;n conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. 5El que venciere ser&#225; vestido de vestiduras blancas; y no borrar&#233; su nombre del libro de la vida,#Ex. 32.32-33; Sal. 69.28; Ap. 20.12. y confesar&#233; su nombre delante de mi Padre, y delante de sus &#225;ngeles.#Mt. 10.32; Lc. 12.8. 6El que tiene o&#237;do, oiga lo que el Esp&#237;ritu dice a las iglesias.</div><div class="s">El mensaje a Filadelfia</div><div class="p"> 7Escribe al &#225;ngel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:#Is. 22.22.</div><div class="p"> 8Yo conozco tus obras; he aqu&#237;, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9He aqu&#237;, yo entrego de la sinagoga de Satan&#225;s a los que se dicen ser jud&#237;os y no lo son, sino que mienten; he aqu&#237;, yo har&#233; que vengan y se postren a tus pies,#Is. 60.14. y reconozcan que yo te he amado. 10Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo tambi&#233;n te guardar&#233; de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11He aqu&#237;, yo vengo pronto; ret&#233;n lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 12Al que venciere, yo lo har&#233; columna en el templo de mi Dios, y nunca m&#225;s saldr&#225; de all&#237;; y escribir&#233; sobre &#233;l el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusal&#233;n, la cual desciende del cielo,#Ap. 21.2. de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13El que tiene o&#237;do, oiga lo que el Esp&#237;ritu dice a las iglesias.</div><div class="s">El mensaje a Laodicea</div><div class="p"> 14Y escribe al &#225;ngel de la iglesia en Laodicea: He aqu&#237; el Am&#233;n, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creaci&#243;n de Dios,#Pr. 8.22. dice esto:</div><div class="p"> 15Yo conozco tus obras, que ni eres fr&#237;o ni caliente. &#161;Ojal&#225; fueses fr&#237;o o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no fr&#237;o ni caliente, te vomitar&#233; de mi boca. 17Porque t&#250; dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que t&#250; eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de m&#237; compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la verg&#252;enza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19Yo reprendo y castigo a todos los que amo;#Pr. 3.12. s&#233;, pues, celoso, y arrepi&#233;ntete. 20He aqu&#237;, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar&#233; a &#233;l, y cenar&#233; con &#233;l, y &#233;l conmigo. 21Al que venciere, le dar&#233; que se siente conmigo en mi trono, as&#237; como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que tiene o&#237;do, oiga lo que el Esp&#237;ritu dice a las iglesias.</div>
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<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkDEU">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="DEU.2">
 <div class="label">2</div><div class="s">Los a&#241;os en el desierto</div><div class="p"> 1Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehov&#225; me hab&#237;a dicho; y rodeamos el monte de Seir#Nm. 21.4. por mucho tiempo. 2Y Jehov&#225; me habl&#243;, diciendo: 3Bastante hab&#233;is rodeado este monte; volveos al norte. 4Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos los hijos de Esa&#250;,#Gn. 36.8. que habitan en Seir, ellos tendr&#225;n miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho. 5No os met&#225;is con ellos, porque no os dar&#233; de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esa&#250; el monte de Seir. 6Comprar&#233;is de ellos por dinero los alimentos, y comer&#233;is; y tambi&#233;n comprar&#233;is de ellos el agua, y beber&#233;is; 7pues Jehov&#225; tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; &#233;l sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta a&#241;os Jehov&#225; tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado. 8Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esa&#250;, que habitaban en Seir, por el camino del Arab&#225; desde Elat y Ezi&#243;n-geber; y volvimos, y tomamos el camino del desierto de Moab.</div><div class="p"> 9Y Jehov&#225; me dijo: No molestes a Moab,#Gn. 19.37. ni te empe&#241;es con ellos en guerra, porque no te dar&#233; posesi&#243;n de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot. 10(Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. 11Por gigantes eran ellos tenidos tambi&#233;n, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas. 12Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esa&#250;; y los arrojaron de su presencia, y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra que les dio Jehov&#225; por posesi&#243;n.) 13Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. 14Y los d&#237;as que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho a&#241;os; hasta que se acab&#243; toda la generaci&#243;n de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehov&#225; les hab&#237;a jurado.#Nm. 14.28-35. 15Y tambi&#233;n la mano de Jehov&#225; vino sobre ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.</div><div class="p"> 16Y aconteci&#243; que despu&#233;s que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo, 17Jehov&#225; me habl&#243;, diciendo: 18T&#250; pasar&#225;s hoy el territorio de Moab, a Ar. 19Y cuando te acerques a los hijos de Am&#243;n,#Gn. 19.38. no los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te dar&#233; posesi&#243;n de la tierra de los hijos de Am&#243;n, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad. 20(Por tierra de gigantes fue tambi&#233;n ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos; 21pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehov&#225; destruy&#243; delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquellos, y habitaron en su lugar, 22como hizo Jehov&#225; con los hijos de Esa&#250; que habitaban en Seir, delante de los cuales destruy&#243; a los horeos; y ellos sucedieron a estos, y habitaron en su lugar hasta hoy. 23Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.) 24Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arn&#243;n; he aqu&#237; he entregado en tu mano a Seh&#243;n rey de Hesb&#243;n, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesi&#243;n de ella, y entra en guerra con &#233;l. 25Hoy comenzar&#233; a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oir&#225;n tu fama, y temblar&#225;n y se angustiar&#225;n delante de ti.</div><div class="s">Israel derrota a Seh&#243;n</div><div class="r">(Nm. 21.21-30)</div><div class="p"> 26Y envi&#233; mensajeros desde el desierto de Cademot a Seh&#243;n rey de Hesb&#243;n con palabras de paz, diciendo: 27Pasar&#233; por tu tierra por el camino; por el camino ir&#233;, sin apartarme ni a diestra ni a siniestra. 28La comida me vender&#225;s por dinero, y comer&#233;; el agua tambi&#233;n me dar&#225;s por dinero, y beber&#233;; solamente pasar&#233; a pie, 29como lo hicieron conmigo los hijos de Esa&#250; que habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jord&#225;n a la tierra que nos da Jehov&#225; nuestro Dios. 30Mas Seh&#243;n rey de Hesb&#243;n no quiso que pas&#225;semos por el territorio suyo; porque Jehov&#225; tu Dios hab&#237;a endurecido su esp&#237;ritu, y obstinado su coraz&#243;n para entregarlo en tu mano, como hasta hoy. 31Y me dijo Jehov&#225;: He aqu&#237; yo he comenzado a entregar delante de ti a Seh&#243;n y a su tierra; comienza a tomar posesi&#243;n de ella para que la heredes. 32Y nos sali&#243; Seh&#243;n al encuentro, &#233;l y todo su pueblo, para pelear en Jahaza. 33Mas Jehov&#225; nuestro Dios lo entreg&#243; delante de nosotros; y lo derrotamos a &#233;l y a sus hijos, y a todo su pueblo. 34Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y ni&#241;os; no dejamos ninguno. 35Solamente tomamos para nosotros los ganados, y los despojos de las ciudades que hab&#237;amos tomado. 36Desde Aroer, que est&#225; junto a la ribera del arroyo de Arn&#243;n, y la ciudad que est&#225; en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entreg&#243; Jehov&#225; nuestro Dios en nuestro poder. 37Solamente a la tierra de los hijos de Am&#243;n no llegamos; ni a todo lo que est&#225; a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehov&#225; nuestro Dios hab&#237;a prohibido.</div>
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 <div class="book bkDEU">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="DEU.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Israel derrota a Og rey de Bas&#225;n</div><div class="r">(Nm. 21.31-35)</div><div class="p"> 1Volvimos, pues, y subimos camino de Bas&#225;n, y nos sali&#243; al encuentro Og rey de Bas&#225;n para pelear, &#233;l y todo su pueblo, en Edrei. 2Y me dijo Jehov&#225;: No tengas temor de &#233;l, porque en tu mano he entregado a &#233;l y a todo su pueblo, con su tierra; y har&#225;s con &#233;l como hiciste con Seh&#243;n rey amorreo, que habitaba en Hesb&#243;n. 3Y Jehov&#225; nuestro Dios entreg&#243; tambi&#233;n en nuestra mano a Og rey de Bas&#225;n, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos. 4Y tomamos entonces todas sus ciudades; no qued&#243; ciudad que no les tom&#225;semos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Bas&#225;n. 5Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 6Y las destruimos, como hicimos a Seh&#243;n rey de Hesb&#243;n, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y ni&#241;os. 7Y tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades. 8Tambi&#233;n tomamos en aquel tiempo la tierra desde el arroyo de Arn&#243;n hasta el monte de Herm&#243;n, de manos de los dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jord&#225;n. 9(Los sidonios llaman a Herm&#243;n, Siri&#243;n; y los amorreos, Senir.) 10Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Bas&#225;n hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Bas&#225;n. 11Porque &#250;nicamente Og rey de Bas&#225;n hab&#237;a quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, &#191;no est&#225; en Rab&#225; de los hijos de Am&#243;n? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, seg&#250;n el codo de un hombre.</div><div class="s">Rub&#233;n, Gad y la media tribu de Manas&#233;s se establecen al oriente del Jord&#225;n</div><div class="r">(Nm. 32.1-42)</div><div class="p"> 12Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que est&#225; junto al arroyo de Arn&#243;n, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas; 13y el resto de Galaad, y todo Bas&#225;n, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la media tribu de Manas&#233;s. 14Jair hijo de Manas&#233;s tom&#243; toda la tierra de Argob hasta el l&#237;mite con Gesur y Maaca, y la llam&#243; por su nombre, Bas&#225;n-havot-jair, hasta hoy. 15Y Galaad se lo di a Maquir. 16Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad hasta el arroyo de Arn&#243;n, teniendo por l&#237;mite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es l&#237;mite de los hijos de Am&#243;n; 17tambi&#233;n el Arab&#225;, con el Jord&#225;n como l&#237;mite desde Cineret hasta el mar del Arab&#225;, el Mar Salado, al pie de las laderas del Pisga al oriente.</div><div class="p"> 18Y os mand&#233; entonces, diciendo: Jehov&#225; vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero ir&#233;is armados todos los valientes delante de vuestros hermanos los hijos de Israel. 19Solamente vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados (yo s&#233; que ten&#233;is mucho ganado), quedar&#225;n en las ciudades que os he dado, 20hasta que Jehov&#225; d&#233; reposo a vuestros hermanos, as&#237; como a vosotros, y hereden ellos tambi&#233;n la tierra que Jehov&#225; vuestro Dios les da al otro lado del Jord&#225;n; entonces os volver&#233;is cada uno a la heredad que yo os he dado.#Jos. 1.12-15. 21Orden&#233; tambi&#233;n a Josu&#233; en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehov&#225; vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; as&#237; har&#225; Jehov&#225; a todos los reinos a los cuales pasar&#225;s t&#250;. 22No los tem&#225;is; porque Jehov&#225; vuestro Dios, &#233;l es el que pelea por vosotros.</div><div class="s">No se le permite a Mois&#233;s entrar a Cana&#225;n</div><div class="p"> 23Y or&#233; a Jehov&#225; en aquel tiempo, diciendo: 24Se&#241;or Jehov&#225;, t&#250; has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque &#191;qu&#233; dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? 25Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que est&#225; m&#225;s all&#225; del Jord&#225;n, aquel buen monte, y el L&#237;bano. 26Pero Jehov&#225; se hab&#237;a enojado contra m&#237; a causa de vosotros, por lo cual no me escuch&#243;; y me dijo Jehov&#225;: Basta, no me hables m&#225;s de este asunto. 27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasar&#225;s el Jord&#225;n.#Nm. 27.12-14; Dt. 32.48-52. 28Y manda a Josu&#233;, y an&#237;malo, y fortal&#233;celo; porque &#233;l ha de pasar delante de este pueblo, y &#233;l les har&#225; heredar la tierra que ver&#225;s. 29Y paramos en el valle delante de Bet-peor.</div>
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 <div class="chapter ch4" data-usfm="DEU.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">Mois&#233;s exhorta a la obediencia</div><div class="p"> 1Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os ense&#241;o, para que los ejecut&#233;is, y viv&#225;is, y entr&#233;is y pose&#225;is la tierra que Jehov&#225; el Dios de vuestros padres os da. 2No a&#241;adir&#233;is a la palabra que yo os mando, ni disminuir&#233;is de ella,#Ap. 22.18-19. para que guard&#233;is los mandamientos de Jehov&#225; vuestro Dios que yo os ordeno. 3Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehov&#225; con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruy&#243; Jehov&#225; tu Dios de en medio de ti.#Nm. 25.1-9. 4Mas vosotros que seguisteis a Jehov&#225; vuestro Dios, todos est&#225;is vivos hoy. 5Mirad, yo os he ense&#241;ado estatutos y decretos, como Jehov&#225; mi Dios me mand&#243;, para que hag&#225;is as&#237; en medio de la tierra en la cual entr&#225;is para tomar posesi&#243;n de ella. 6Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabidur&#237;a y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oir&#225;n todos estos estatutos, y dir&#225;n: Ciertamente pueblo sabio y entendido, naci&#243;n grande es esta. 7Porque &#191;qu&#233; naci&#243;n grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo est&#225; Jehov&#225; nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8Y &#191;qu&#233; naci&#243;n grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?</div><div class="s">La experiencia de Israel en Horeb</div><div class="p"> 9Por tanto, gu&#225;rdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu coraz&#243;n todos los d&#237;as de tu vida; antes bien, las ense&#241;ar&#225;s a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. 10El d&#237;a que estuviste delante de Jehov&#225; tu Dios en Horeb, cuando Jehov&#225; me dijo: Re&#250;neme el pueblo, para que yo les haga o&#237;r mis palabras, las cuales aprender&#225;n, para temerme todos los d&#237;as que vivieren sobre la tierra, y las ense&#241;ar&#225;n a sus hijos; 11y os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ard&#237;a en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube y oscuridad; 12y habl&#243; Jehov&#225; con vosotros de en medio del fuego;#Ex. 19.16-18; He. 12.18-19. o&#237;steis la voz de sus palabras, mas a excepci&#243;n de o&#237;r la voz, ninguna figura visteis. 13Y &#233;l os anunci&#243; su pacto, el cual os mand&#243; poner por obra; los diez mandamientos, y los escribi&#243; en dos tablas de piedra.#Ex. 31.18. 14A m&#237; tambi&#233;n me mand&#243; Jehov&#225; en aquel tiempo que os ense&#241;ase los estatutos y juicios,#Ex. 21.1. para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pas&#225;is a tomar posesi&#243;n de ella.</div><div class="s">Advertencia contra la idolatr&#237;a</div><div class="p"> 15Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el d&#237;a que Jehov&#225; habl&#243; con vosotros de en medio del fuego; 16para que no os corromp&#225;is y hag&#225;is para vosotros escultura,#Ex. 20.4; Lv. 26.1; Dt. 5.8; 27.15. imagen de figura alguna, efigie de var&#243;n o hembra, 17figura de animal alguno que est&#225; en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, 18figura de ning&#250;n animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. 19No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ej&#233;rcito del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehov&#225; tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. 20Pero a vosotros Jehov&#225; os tom&#243;, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que se&#225;is el pueblo de su heredad#Ex. 19.5; Dt. 7.6; 14.2; 26.18; Tit. 2.14; 1 P. 2.9. como en este d&#237;a. 21Y Jehov&#225; se enoj&#243; contra m&#237; por causa de vosotros, y jur&#243; que yo no pasar&#237;a el Jord&#225;n, ni entrar&#237;a en la buena tierra que Jehov&#225; tu Dios te da por heredad.#Nm. 20.12. 22As&#237; que yo voy a morir en esta tierra, y no pasar&#233; el Jord&#225;n; mas vosotros pasar&#233;is, y poseer&#233;is aquella buena tierra. 23Guardaos, no os olvid&#233;is del pacto de Jehov&#225; vuestro Dios, que &#233;l estableci&#243; con vosotros, y no os hag&#225;is escultura o imagen de ninguna cosa que Jehov&#225; tu Dios te ha prohibido. 24Porque Jehov&#225; tu Dios es fuego consumidor,#He. 12.29. Dios celoso.</div><div class="p"> 25Cuando hay&#225;is engendrado hijos y nietos, y hay&#225;is envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehov&#225; vuestro Dios, para enojarlo; 26yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto perecer&#233;is totalmente de la tierra hacia la cual pas&#225;is el Jord&#225;n para tomar posesi&#243;n de ella; no estar&#233;is en ella largos d&#237;as sin que se&#225;is destruidos. 27Y Jehov&#225; os esparcir&#225; entre los pueblos, y quedar&#233;is pocos en n&#250;mero entre las naciones a las cuales os llevar&#225; Jehov&#225;. 28Y servir&#233;is all&#237; a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra,#Dt. 28.36. que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 29Mas si desde all&#237; buscares a Jehov&#225; tu Dios, lo hallar&#225;s, si lo buscares de todo tu coraz&#243;n y de toda tu alma.#Jer. 29.13. 30Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros d&#237;as te volvieres a Jehov&#225; tu Dios, y oyeres su voz; 31porque Dios misericordioso es Jehov&#225; tu Dios; no te dejar&#225;, ni te destruir&#225;, ni se olvidar&#225; del pacto que les jur&#243; a tus padres.</div><div class="p"> 32Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el d&#237;a que cre&#243; Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya o&#237;do otra como ella. 33&#191;Ha o&#237;do pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como t&#250; la has o&#237;do, sin perecer? 34&#191;O ha intentado Dios venir a tomar para s&#237; una naci&#243;n de en medio de otra naci&#243;n, con pruebas, con se&#241;ales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehov&#225; vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 35A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehov&#225; es Dios, y no hay otro fuera de &#233;l.#Mr. 12.32. 36Desde los cielos te hizo o&#237;r su voz, para ense&#241;arte; y sobre la tierra te mostr&#243; su gran fuego, y has o&#237;do sus palabras de en medio del fuego. 37Y por cuanto &#233;l am&#243; a tus padres, escogi&#243; a su descendencia despu&#233;s de ellos, y te sac&#243; de Egipto con su presencia y con su gran poder, 38para echar de delante de tu presencia naciones grandes y m&#225;s fuertes que t&#250;, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy. 39Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu coraz&#243;n que Jehov&#225; es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. 40Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos despu&#233;s de ti, y prolongues tus d&#237;as sobre la tierra que Jehov&#225; tu Dios te da para siempre.</div><div class="s">Las ciudades de refugio al oriente del Jord&#225;n</div><div class="p"> 41Entonces apart&#243; Mois&#233;s tres ciudades a este lado del Jord&#225;n al nacimiento del sol, 42para que huyese all&#237; el homicida que matase a su pr&#243;jimo sin intenci&#243;n, sin haber tenido enemistad con &#233;l nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida: 43Beser en el desierto, en tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Gol&#225;n en Bas&#225;n para los de Manas&#233;s.#Jos. 20.8-9.</div><div class="s">Mois&#233;s recapitula la promulgaci&#243;n de la ley</div><div class="p"> 44Esta, pues, es la ley que Mois&#233;s puso delante de los hijos de Israel. 45Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habl&#243; Mois&#233;s a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto; 46a este lado del Jord&#225;n, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Seh&#243;n rey de los amorreos que habitaba en Hesb&#243;n, al cual derrot&#243; Mois&#233;s con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto; 47y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Bas&#225;n; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jord&#225;n, al oriente. 48Desde Aroer, que est&#225; junto a la ribera del arroyo de Arn&#243;n, hasta el monte de Sion, que es Herm&#243;n; 49y todo el Arab&#225; de este lado del Jord&#225;n, al oriente, hasta el mar del Arab&#225;, al pie de las laderas del Pisga.</div>
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 <div class="chapter ch5" data-usfm="DEU.5">
 <div class="label">5</div><div class="s">Los Diez Mandamientos</div><div class="r">(Ex. 20.1-17)</div><div class="p"> 1Llam&#243; Mois&#233;s a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros o&#237;dos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra. 2Jehov&#225; nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. 3No con nuestros padres hizo Jehov&#225; este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aqu&#237; hoy vivos. 4Cara a cara habl&#243; Jehov&#225; con vosotros en el monte de en medio del fuego. 5Yo estaba entonces entre Jehov&#225; y vosotros, para declararos la palabra de Jehov&#225;; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte. Dijo:</div><div class="p"> 6Yo soy Jehov&#225; tu Dios, que te saqu&#233; de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.</div><div class="p"> 7No tendr&#225;s dioses ajenos delante de m&#237;.</div><div class="p"> 8No har&#225;s para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que est&#225; arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9No te inclinar&#225;s a ellas ni las servir&#225;s;#Ex. 34.17; Lv. 19.4; 26.1; Dt. 4.15-19; 27.15. porque yo soy Jehov&#225; tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaci&#243;n de los que me aborrecen, 10y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.#Ex. 34.6-7; Nm. 14.18; Dt. 7.9-10.</div><div class="p"> 11No tomar&#225;s el nombre de Jehov&#225; tu Dios en vano;#Lv. 19.12. porque Jehov&#225; no dar&#225; por inocente al que tome su nombre en vano.</div><div class="p"> 12Guardar&#225;s el d&#237;a de reposo#5.12 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. para santificarlo, como Jehov&#225; tu Dios te ha mandado.#Ex. 16.23-30; 31.12-14. 13Seis d&#237;as trabajar&#225;s, y har&#225;s toda tu obra; 14mas el s&#233;ptimo d&#237;a es reposo#5.14 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. a Jehov&#225; tu Dios; ninguna obra har&#225;s t&#250;,#Ex. 23.12; 31.15; 34.21; 35.2; Lv. 23.3. ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ning&#250;n animal tuyo, ni el extranjero que est&#225; dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como t&#250;. 15Acu&#233;rdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehov&#225; tu Dios te sac&#243; de all&#225; con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehov&#225; tu Dios te ha mandado que guardes el d&#237;a de reposo.#5.15 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado.</div><div class="p"> 16Honra a tu padre y a tu madre,#Dt. 27.16; Mt. 15.4; 19.19; Mr. 7.10; 10.19; Lc. 18.20; Ef. 6.2. como Jehov&#225; tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus d&#237;as, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehov&#225; tu Dios te da.#Ef. 6.3.</div><div class="p"> 17No matar&#225;s.#Gn. 9.6; Lv. 24.17; Mt. 5.21; 19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9; Stg. 2.11.</div><div class="p"> 18No cometer&#225;s adulterio.#Lv. 20.10; Mt. 5.27; 19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9; Stg. 2.11.</div><div class="p"> 19No hurtar&#225;s.#Lv. 19.11; Mt. 19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20; Ro. 13.9.</div><div class="p"> 20No dir&#225;s falso testimonio contra tu pr&#243;jimo.#Ex. 23.1; Mt. 19.18; Mr. 10.19; Lc. 18.20.</div><div class="p"> 21No codiciar&#225;s#Ro. 7.7; 13.9. la mujer de tu pr&#243;jimo, ni desear&#225;s la casa de tu pr&#243;jimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu pr&#243;jimo.</div><div class="s">El terror del pueblo</div><div class="r">(Ex. 20.18-26)</div><div class="p"> 22Estas palabras habl&#243; Jehov&#225; a toda vuestra congregaci&#243;n en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no a&#241;adi&#243; m&#225;s. Y las escribi&#243; en dos tablas de piedra, las cuales me dio a m&#237;. 23Y aconteci&#243; que cuando vosotros o&#237;steis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ard&#237;a en fuego, vinisteis a m&#237;, todos los pr&#237;ncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos, 24y dijisteis: He aqu&#237; Jehov&#225; nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos o&#237;do su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehov&#225; habla al hombre, y este a&#250;n vive. 25Ahora, pues, &#191;por qu&#233; vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumir&#225;; si oy&#233;remos otra vez la voz de Jehov&#225; nuestro Dios, moriremos. 26Porque &#191;qu&#233; es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la o&#237;mos, y a&#250;n viva? 27Ac&#233;rcate t&#250;, y oye todas las cosas que dijere Jehov&#225; nuestro Dios; y t&#250; nos dir&#225;s todo lo que Jehov&#225; nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.#He. 12.18-19.</div><div class="p"> 28Y oy&#243; Jehov&#225; la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehov&#225;: He o&#237;do la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien est&#225; todo lo que han dicho. 29&#161;Qui&#233;n diera que tuviesen tal coraz&#243;n, que me temiesen y guardasen todos los d&#237;as todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! 30Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas. 31Y t&#250; qu&#233;date aqu&#237; conmigo, y te dir&#233; todos los mandamientos y estatutos y decretos que les ense&#241;ar&#225;s, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por posesi&#243;n. 32Mirad, pues, que hag&#225;is como Jehov&#225; vuestro Dios os ha mandado; no os apart&#233;is a diestra ni a siniestra. 33Andad en todo el camino que Jehov&#225; vuestro Dios os ha mandado, para que viv&#225;is y os vaya bien, y teng&#225;is largos d&#237;as en la tierra que hab&#233;is de poseer.</div>
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 <div class="chapter ch6" data-usfm="DEU.6">
 <div class="label">6</div><div class="s">El gran mandamiento</div><div class="p"> 1Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehov&#225; vuestro Dios mand&#243; que os ense&#241;ase, para que los pong&#225;is por obra en la tierra a la cual pas&#225;is vosotros para tomarla; 2para que temas a Jehov&#225; tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, t&#250;, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los d&#237;as de tu vida, para que tus d&#237;as sean prolongados. 3Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliqu&#233;is, como te ha dicho Jehov&#225; el Dios de tus padres.</div><div class="p"> 4Oye, Israel: Jehov&#225; nuestro Dios, Jehov&#225; uno es.#Mr. 12.29. 5Y amar&#225;s a Jehov&#225; tu Dios de todo tu coraz&#243;n, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.#Mt. 22.37; Mr. 12.30; Lc. 10.27. 6Y estas palabras que yo te mando hoy, estar&#225;n sobre tu coraz&#243;n; 7y las repetir&#225;s a tus hijos, y hablar&#225;s de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8Y las atar&#225;s como una se&#241;al en tu mano, y estar&#225;n como frontales entre tus ojos; 9y las escribir&#225;s en los postes de tu casa, y en tus puertas.#Dt. 11.18-20.</div><div class="s">Exhortaciones a la obediencia</div><div class="p"> 10Cuando Jehov&#225; tu Dios te haya introducido en la tierra que jur&#243; a tus padres Abraham,#Gn. 12.7. Isaac#Gn. 26.3. y Jacob#Gn. 28.13. que te dar&#237;a, en ciudades grandes y buenas que t&#250; no edificaste, 11y casas llenas de todo bien, que t&#250; no llenaste, y cisternas cavadas que t&#250; no cavaste, vi&#241;as y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, 12cu&#237;date de no olvidarte de Jehov&#225;, que te sac&#243; de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 13A Jehov&#225; tu Dios temer&#225;s, y a &#233;l s&#243;lo servir&#225;s,#Mt. 4.10; Lc. 4.8. y por su nombre jurar&#225;s. 14No andar&#233;is en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que est&#225;n en vuestros contornos; 15porque el Dios celoso, Jehov&#225; tu Dios, en medio de ti est&#225;; para que no se inflame el furor de Jehov&#225; tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.</div><div class="p"> 16No tentar&#233;is a Jehov&#225; vuestro Dios,#Mt. 4.7; Lc. 4.12. como lo tentasteis en Masah.#Ex. 17.1-7. 17Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehov&#225; vuestro Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado. 18Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehov&#225;, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehov&#225; jur&#243; a tus padres; 19para que &#233;l arroje a tus enemigos de delante de ti, como Jehov&#225; ha dicho.</div><div class="p"> 20Ma&#241;ana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: &#191;Qu&#233; significan los testimonios y estatutos y decretos que Jehov&#225; nuestro Dios os mand&#243;? 21entonces dir&#225;s a tu hijo: Nosotros &#233;ramos siervos de Fara&#243;n en Egipto, y Jehov&#225; nos sac&#243; de Egipto con mano poderosa. 22Jehov&#225; hizo se&#241;ales y milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Fara&#243;n y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos; 23y nos sac&#243; de all&#225;, para traernos y darnos la tierra que jur&#243; a nuestros padres. 24Y nos mand&#243; Jehov&#225; que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehov&#225; nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los d&#237;as, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy. 25Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehov&#225; nuestro Dios, como &#233;l nos ha mandado.</div>
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 <div class="chapter ch7" data-usfm="DEU.7">
 <div class="label">7</div><div class="s">Advertencias contra la idolatr&#237;a de Cana&#225;n</div><div class="r">(Ex. 34.11-17)</div><div class="p"> 1Cuando Jehov&#225; tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrar&#225;s para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones#Hch. 13.19. mayores y m&#225;s poderosas que t&#250;, 2y Jehov&#225; tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruir&#225;s del todo; no har&#225;s con ellas alianza, ni tendr&#225;s de ellas misericordia. 3Y no emparentar&#225;s con ellas; no dar&#225;s tu hija a su hijo, ni tomar&#225;s a su hija para tu hijo. 4Porque desviar&#225; a tu hijo de en pos de m&#237;, y servir&#225;n a dioses ajenos; y el furor de Jehov&#225; se encender&#225; sobre vosotros, y te destruir&#225; pronto. 5Mas as&#237; hab&#233;is de hacer con ellos: sus altares destruir&#233;is, y quebrar&#233;is sus estatuas, y destruir&#233;is sus im&#225;genes de Asera, y quemar&#233;is sus esculturas en el fuego.#Dt. 12.3.</div><div class="s">Un pueblo santo para Jehov&#225;</div><div class="p"> 6Porque t&#250; eres pueblo santo para Jehov&#225; tu Dios; Jehov&#225; tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial,#Ex. 19.5; Dt. 4.20; 14.2; 26.18; Tit. 2.14; 1 P. 2.9. m&#225;s que todos los pueblos que est&#225;n sobre la tierra. 7No por ser vosotros m&#225;s que todos los pueblos os ha querido Jehov&#225; y os ha escogido, pues vosotros erais el m&#225;s insignificante de todos los pueblos; 8sino por cuanto Jehov&#225; os am&#243;, y quiso guardar el juramento que jur&#243; a vuestros padres, os ha sacado Jehov&#225; con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Fara&#243;n rey de Egipto. 9Conoce, pues, que Jehov&#225; tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10y que da el pago en persona al que le aborrece, destruy&#233;ndolo;#Ex. 20.5-6; 34.6-7; Nm. 14.18; Dt. 5.9-10. y no se demora con el que le odia, en persona le dar&#225; el pago. 11Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.</div><div class="s">Bendiciones de la obediencia</div><div class="r">(Lv. 26.3-13; Dt. 28.1-14)</div><div class="p"> 12Y por haber o&#237;do estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehov&#225; tu Dios guardar&#225; contigo el pacto y la misericordia que jur&#243; a tus padres. 13Y te amar&#225;, te bendecir&#225; y te multiplicar&#225;, y bendecir&#225; el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cr&#237;a de tus vacas, y los reba&#241;os de tus ovejas, en la tierra que jur&#243; a tus padres que te dar&#237;a. 14Bendito ser&#225;s m&#225;s que todos los pueblos; no habr&#225; en ti var&#243;n ni hembra est&#233;ril, ni en tus ganados. 15Y quitar&#225; Jehov&#225; de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que t&#250; conoces, no las pondr&#225; sobre ti, antes las pondr&#225; sobre todos los que te aborrecieren. 16Y consumir&#225;s a todos los pueblos que te da Jehov&#225; tu Dios; no los perdonar&#225; tu ojo, ni servir&#225;s a sus dioses, porque te ser&#225; tropiezo.#Dt. 11.13-17.</div><div class="p"> 17Si dijeres en tu coraz&#243;n: Estas naciones son mucho m&#225;s numerosas que yo; &#191;c&#243;mo las podr&#233; exterminar? 18no tengas temor de ellas; acu&#233;rdate bien de lo que hizo Jehov&#225; tu Dios con Fara&#243;n y con todo Egipto; 19de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las se&#241;ales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que Jehov&#225; tu Dios te sac&#243;; as&#237; har&#225; Jehov&#225; tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia t&#250; temieres. 20Tambi&#233;n enviar&#225; Jehov&#225; tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren y los que se hubieren escondido de delante de ti. 21No desmayes delante de ellos, porque Jehov&#225; tu Dios est&#225; en medio de ti, Dios grande y temible. 22Y Jehov&#225; tu Dios echar&#225; a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podr&#225;s acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti. 23Mas Jehov&#225; tu Dios las entregar&#225; delante de ti, y &#233;l las quebrantar&#225; con grande destrozo, hasta que sean destruidas. 24&#201;l entregar&#225; sus reyes en tu mano, y t&#250; destruir&#225;s el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te har&#225; frente hasta que los destruyas. 25Las esculturas de sus dioses quemar&#225;s en el fuego; no codiciar&#225;s plata ni oro de ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominaci&#243;n a Jehov&#225; tu Dios; 26y no traer&#225;s cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecer&#225;s y la abominar&#225;s, porque es anatema.</div>
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 <div class="chapter ch8" data-usfm="DEU.8">
 <div class="label">8</div><div class="s">La buena tierra que han de poseer</div><div class="p"> 1Cuidar&#233;is de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viv&#225;is, y se&#225;is multiplicados, y entr&#233;is y pose&#225;is la tierra que Jehov&#225; prometi&#243; con juramento a vuestros padres. 2Y te acordar&#225;s de todo el camino por donde te ha tra&#237;do Jehov&#225; tu Dios estos cuarenta a&#241;os en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que hab&#237;a en tu coraz&#243;n, si hab&#237;as de guardar o no sus mandamientos. 3Y te afligi&#243;, y te hizo tener hambre, y te sustent&#243; con man&#225;, comida que no conoc&#237;as t&#250;, ni tus padres la hab&#237;an conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivir&#225; el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehov&#225; vivir&#225; el hombre.#Mt. 4.4; Lc. 4.4. 4Tu vestido nunca se envejeci&#243; sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta a&#241;os. 5Reconoce asimismo en tu coraz&#243;n, que como castiga el hombre a su hijo, as&#237; Jehov&#225; tu Dios te castiga. 6Guardar&#225;s, pues, los mandamientos de Jehov&#225; tu Dios, andando en sus caminos, y temi&#233;ndole. 7Porque Jehov&#225; tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; 8tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; 9tierra en la cual no comer&#225;s el pan con escasez, ni te faltar&#225; nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacar&#225;s cobre. 10Y comer&#225;s y te saciar&#225;s, y bendecir&#225;s a Jehov&#225; tu Dios por la buena tierra que te habr&#225; dado.</div><div class="s">Amonestaci&#243;n de no olvidar a Dios</div><div class="p"> 11Cu&#237;date de no olvidarte de Jehov&#225; tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14y se enorgullezca tu coraz&#243;n, y te olvides de Jehov&#225; tu Dios, que te sac&#243; de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no hab&#237;a agua, y &#233;l te sac&#243; agua de la roca del pedernal; 16que te sustent&#243; con man&#225; en el desierto, comida que tus padres no hab&#237;an conocido, afligi&#233;ndote y prob&#225;ndote, para a la postre hacerte bien;#Os. 13.5-6. 17y digas en tu coraz&#243;n: Mi poder y la fuerza de mi mano me han tra&#237;do esta riqueza. 18Sino acu&#233;rdate de Jehov&#225; tu Dios, porque &#233;l te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que jur&#243; a tus padres, como en este d&#237;a. 19Mas si llegares a olvidarte de Jehov&#225; tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto perecer&#233;is. 20Como las naciones que Jehov&#225; destruir&#225; delante de vosotros, as&#237; perecer&#233;is, por cuanto no habr&#233;is atendido a la voz de Jehov&#225; vuestro Dios.</div>
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