Cierra el ciclo del pecado.

La palabra ciclo proviene del griego κύκλος (kyklos = rueda, círculo) y materializándolo en cuanto el pecado, hace referencia a cuando tomamos la costumbre de caer en lo mismo en un tiempo determinado, luego dejamos de hacerlo, y al tiempo volvemos a caer otra vez. ¡Rompamos con este ciclo!

Iniciemos…

Durante mucho tiempo estuve atada a la inmoralidad sexual (masturbación), y aunque quizás pienses que la Biblia no habla de que la masturbación sea pecado, este acto puede llevarte a cometer otros pecados a su vez, como el adulterio o la fornicación. Lo que puede inducir a todo esto es la pornografía, que alimenta los deseos de la carne. Te recomiendo no consumir ni hacer nada que te guie a hacer lo que Dios reprueba.

Por mucho tiempo practicaba esta inmoralidad sexual y después de un tiempo lo dejaba, y lo retomaba, y no sabía cómo podía salir de ese pecado. De hecho, ni siquiera me atrevía a pedir ayuda porque me avergonzaba. Era un ciclo constante, una rueda que ni yo misma, con mi propia fuerza, lograba parar.

Comencé a ponerlo en las manos de Dios, a parar de pensar que era lo suficientemente fuerte para dejarlo por mi cuenta y a depender de él. Comencé a alejarme de lo que ocasionaba que yo cayera, tales como hábitos, películas, personas, lecturas y estar desocupada en las horas en que me sentía incitada hacerlo. Dios me ayudó, me restauró y me libertó de aquello que por mucho tiempo me hizo sentir dependiente del pecado. No podía dejarlo aunque quería hacerlo, pero algo sobrenatural tenía que acontecer para que yo pudiera cerrar ese ciclo de pecado. Dios tenía que salir a mi encuentro y yo tenía que estar totalmente dispuesta a ser quebrantada, ayudada y sanada por él.

Quizás mi ciclo estaba relacionado a la inmoralidad sexual pero quizás tu ciclo sea la atadura a la depresión, que hace que le hagas daño a tu cuerpo; el alcohol, porque sientes que tomando olvidas muchas cosas que prefieres no recordar; las drogas, porque te llevan a vivir un mundo de fantasías antes que aceptar la realidad; o el engaño y las mentiras, porque prefieres mantener una apariencia que revelar tu verdadera esencia. Realmente desconozco a totalidad en qué ciclo te encuentras ahora pero sí quiero presentarte 3 acciones que te ayudarán a salir de él:

1- IDENTIFICA: ¿Qué cosas me hacen caer? ¿En qué horario caigo en esas cosas? ¿Qué me promueve a hacerlo? ¿Cuáles personas me animan a hacer lo malo? ¿Esto me aleja o me acerca más a Dios?

2- ATACA: Aléjate de las cosas que te hacen caer. Deja de consumir contenidos que se relacionen con tu debilidad. Dedica ese tiempo en el que solías pecar para orar y leer tu Biblia. Pide a Dios que te ayude a salir de ello y mantente conectada a su presencia.

3- SUPERA: En el momento en que Dios te permita dejar de experimentar ese pecado, POR FAVOR, no vuelvas a visitarlo. No te creas que estás lo suficientemente fuerte para ir al lugar de donde Dios te sacó. Recuerda que de las tentaciones se huye, no te mantengas cerca para comprobar qué tan fuerte eres para no caer una vez más.

Creo que Dios está sacando al descubierto cada área que necesita transformar en ti. Por favor no te rehúses. Permíteme orar por ti.

Padre, gracias por esta chica que ha puesto la disposición de seguir leyendo tus instrucciones y de permanecer confiando en ti. Señor, límpiala, restáurala, purifícala, sánale toda herida emocional que pueda estar experimentando en este momento, dale las herramientas para poder cortar con toda atadura del alma que la haga pecar. Declaro en el nombre de Jesús que la depresión ni la tristeza tienen potestad en ella. Hoy tú la haces libre y haces en ella algo diferente que otros quizás no pensaban ver. Úsalas como tu vasija, y que toda la gloria y toda la honra de lo que hagas hoy en sus vidas, sea para ti.

Gracias Dios, en el nombre poderoso de Jesús, amén.