Hermoso NombreMuestra

En los tiempos de la Biblia, cuando un rey entraba en una ciudad montado en su caballo, todo el pueblo le daba una gran bienvenida. Cuando Jesús entró en Jerusalén, no iba montado en un caballo, sino en un burro. Para honrar al Rey Jesús, la gente esparció ramas de palmeras y tendió sus mantos sobre el camino ante Él. No lo aclamaron por obligación como hubieran hecho con cualquier otro rey, sino que estaban alabando al Rey Jesús.

Cuando alabamos al Rey Jesús, cantamos, bailamos y levantamos nuestras manos. Cuando ves una sala llena de personas que alaban a Jesús con manos levantadas es como ese camino a Jerusalén que estaba lleno de personas esparciendo ramas para honrar a Jesús. ¡Cuán hermoso es su nombre!