¡Ha resucitado! La realidad de la resurrecciónMuestra

¿Por qué importa la resurrección?

La crucifixión de Jesús fue un acontecimiento muy importante en la historia. En el entorno eclesial solemos oír más sobre la cruz que sobre la tumba vacía, dejando la resurrección para la Semana Santa. Pero la resurrección no es solo un mensaje de Semana Santa. Está en el corazón del cristianismo, incluso en un sentido eclipsando la importancia de la cruz, ya que sin la resurrección, la crucifixión fue solo una ejecución. Muchas personas han muerto en muchas cruces, pero hay solo Uno que resucitó de la muerte, ascendió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre.

El apóstol Pablo dijo: “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Corintios 15:17-19). Eso significa básicamente que, si Cristo no resucitó, todo lo que hemos hecho mal nos seguirá separando de Dios para siempre y, si ese es el caso, somos dignos de conmiseración. Pablo no dijo que, si Jesús no resucitó de la muerte, el cristianismo sigue siendo una buena religión que nos hará ser mejores personas, nos inculcará buena moral, y hará que nuestra vida sea un poquito mejor. Dijo que, si Jesús no resucitó de la muerte, entonces todo esto es una mentira, todo lo que estamos haciendo no vale para nada, y los creyentes en Jesús somos los más necios del mundo.

Hay algunos eruditos y predicadores que intentan sonar racionales e inteligentes y dicen que quizá la resurrección no fue literal y física. Tal vez fue una metáfora para otra cosa o solo una resurrección espiritual. Pero, si Jesús no resucitó de los muertos, entonces Él no era quien afirmó ser. Si Él no resucitó de los muertos, no hay nada que Él pueda hacer por ti: Él no puede salvarte, no puede perdonarte, no puede lavar tus pecados, y no puede sanarte… Si Él no resucitó de los muertos, entonces es otro tipo muerto más.

La buena noticia es que Cristo resucitó de la muerte, ¡y eso lo cambia todo!