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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DÍA 217 DE 365

Perfeccionado en la debilidad



No paraba de recibir aquellas llamadas telefónicas provenientes de líderes de iglesia. Venían de muy diferentes parte de la iglesia y eran siempre prolongadas y todos querían saber esto: «¿Cómo es que tanta gente de fuera de la iglesia acude al curso? Exactamente, ¿qué es Alpha? ¿Cómo se hace Alpha?».

Pensé que quizá la mejor solución era reunirlos en un salón y contárselo a todos a la vez. Como resultado, organizamos nuestra primera conferencia Alpha en mayo de 1993. Para nuestra sorpresa, asistieron mil líderes de iglesia. Yo era relativamente nuevo en el ministerio cristiano y me sentí extremadamente intimidado ante aquel millar de líderes entre quienes había un gran número con mucha más experiencia en el ministerio que yo.

Las palabras del apóstol Pablo parecían resumir exactamente cómo me sentía. Se las leí a los asistentes al inicio de la conferencia:

«Así que, hermanos, cuando yo fui a ustedes para anunciarles el misterio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Porque me propuse no saber nada entre ustedes, sino a Jesucristo, y a él crucificado. Y estuve entre ustedes con debilidad, con temor y con mucho temblor. Ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que su fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios» (1 Corintios 2:1–5, RVA-2015).

Pensé que una vez que hubiera explicado Alpha a aquel grupo de líderes de iglesia, ya no tendría que hacerlo nunca más. Pero de hecho, para cuando terminó la conferencia ya habíamos recibidos varias invitaciones para hacer más conferencias. A lo largo de los años hemos hecho cientos de conferencias. En cada una de ellas empiezo leyendo 1 Corintios 2:1–5. Siempre refleja lo que siento; siempre me siento nervioso. Siempre hay un elemento de «*debilidad* (y) *temor*, y... mucho *temblor* ». Pero doy gracias a Dios porque no depende de palabras sabias ni persuasivas, sino de la demostración del poder del Espíritu Santo. Y el poder de Dios *se perfecciona en la debilidad* (2 Corintios 12:9).

La «debilidad», el «miedo» y el «temblor» tienen un lado bueno, pero también tienen uno malo. En los pasajes de hoy vemos tanto el lado bueno como el malo de la debilidad, el miedo y el temblor.

Salmos 91:1-8



1. Miedo y fe


«No temerás» (v.5), escribe el salmista, dando la respuesta al «miedo» entendido en el mal sentido de la palabra. Escribe así: «No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía» (vv.5–6).


La respuesta al miedo es una relación estrecha con el Señor, la de quien permanece «al abrigo del Altísimo» y se «acoge a la sombra del Todopoderoso» (v.1). La confianza en Dios es lo opuesto al miedo (v.2).


Hay una fuerte conexión entre lo que piensas y lo que dices. Lo que piensas brota en forma de tus palabras. Pero también tus palabras pueden afectar a tu pensamiento. Lo que dices a Dios puede cambiar tu manera de pensar. El salmista nos dice que proclamemos en alto la bondad del Señor: «Yo le digo al Señor: “Tú eres mi refugio,

mi fortaleza, el Dios en quien confío”» (v.2).


Él promete rescatarte de «las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio» (vv.3–4).


El miedo puede destruir tu capacidad de disfrutar el presente. Dios resucitó a Jesús de entre los muertos y al hacerlo, te liberó del miedo de la muerte y los miedos asociados a la misma. «Bajo sus alas hallarás refugio» (v.4). No tienes que temer acerca del futuro y puedes disfrutar el presente sin miedo.



Señor, gracias porque puedo morar en Tu refugio y descansar bajo Tu sombra. Hoy te digo: eres «mi refugio y mi fortaleza» (v.2), en Ti confiaré.


1 Corintios 1:18-2:5



2. Poder en la debilidad


El apóstol Pablo escribe que «temblaba de miedo» (2:3). Se sentía totalmente inadecuado para la tarea a la que Dios le había llamado, pero, en palabras de The Message, «el mensaje salió de mi de todas maneras, el Espíritu y el Poder de Dios lo hicieron» (v.4, MSG).


La debilidad moral y la cobardía no son virtudes. Pero, como vemos en este pasaje, hay un lado bueno en la debilidad, el miedo y el temblor.


Dios pone las cosas al revés; la cruz puso las cosas al revés: «El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios» (1:18).


Jesús murió como un criminal de estado, en un instrumento de tortura romano sufriendo una muerte reservada a los más degradados y los más despreciados de la sociedad romana. Durante los primeros cien años, la cruz no fue el símbolo del cristianismo porque significaba debilidad, humillación y derrota.


En aquel tiempo Corinto era el centro intelectual del mundo. Era un lugar de gente que debatía, profesores itinerantes, docentes y filósofos, donde la mente y el intelecto eran muy estimados.


El mensaje del evangelio que proclamamos parece la mayor necedad para la gente muy intelectual. Que Jesús muriendo en una cruz hace dos mil años pueda transformar tu vida parece «locura» para la intelectualidad y es una «piedra de tropiezo» (v.23), incluso para mucha gente religiosa.


Pero este simple mensaje salva a aquellos que creen: «Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen […] Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana» (vv.21,25).


Cuando miramos a nuestro alrededor podemos ver que sigue siendo verdad hoy en día; de los que están en la iglesia no muchos son «los más brillantes ni los mejores». No muchos son influyentes, ni provienen de las familias «de noble cuna» (v.26). Pero sigue siendo verdad que hoy Dios escoge «lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios » y «escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos» (v.27).


No te avergüences de proclamar un mensaje muy simple que a los ojos de mucha gente parece necedad. No hace falta intentar camuflarlo con «gran elocuencia y sabiduría» (2:1). Céntrate en el mensaje de «Jesucristo, y este crucificado» (v.2). Como traduce Eugene Peterson: «Lo mantengo deliberadamente llano y sencillo; primero Jesús y quién es él; después Jesús y lo que hizo: Jesús crucificado» (v.2).


Es normal experimentar «debilidad, temor y mucho temblor» (v.3, RVA-2015). Lo que importa no es si usas «gran elocuencia y sabiduría» sino la «demostración del poder del Espíritu» (v.4). Y su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Con frecuencia, solo cuando nos sentimos débiles nos prestamos a depender completamente de Dios. Pablo era totalmente dependiente de que el Espíritu Santo hablara a través de él. Por más inadecuado que te sientas, si pides al Espíritu Santo que hable por medio de ti, así lo hará.



Señor, gracias por el mensaje de Jesús y su crucifixión, que es el poder de Dios. Gracias porque no necesito elocuencia o una sabiduría superior. Aunque hable en debilidad y miedo, con mucho temblor, oro para que acompañes la predicación del mensaje con una demostración del poder del Espíritu.


1 Crónicas 19:1-22:1



3. Temor y temblor


El «temor y temblor» ante Dios no siempre es algo malo. De hecho, en ocasiones es lo adecuado.


El cronista lo deja claro de una manera en la que la narración más temprana no lo hizo: fue «Satanás» quien «indujo a David a hacer un censo» (21:1). Joab trató de persuadir a David para que no lo hiciera (v.3), pero David dio orden de hacerlo, y «Dios también la consideró (la orden) como algo malo» (v.7).


No está muy claro por qué aquel fue un pecado tan importante, pero obviamente lo fue porque David le dijo a Dios: «He cometido un pecado muy grande al hacer este censo. He actuado como un necio. Yo te ruego que perdones la maldad de tu siervo» (v.8).


Con lo que parece ser temor y temblor, le dice: «Estoy en un grave aprieto. Ahora bien, es preferible que caiga yo en manos del Señor, pues su bondad es muy grande» (v.13).


Cuando acude a ofrecer un sacrificio a Dios dice: «Eso no puede ser. No tomaré lo que es tuyo para dárselo al Señor, ni le ofreceré un holocausto que nada me cueste. Te lo compraré todo por su verdadero precio» (v.24). Clamó al Señor y este respondió con «fuego del cielo» (v.26).



Señor, me presento a Ti hoy en mi debilidad y con mucho temblor, y te pido que Tu poder sea perfeccionado en mi debilidad (2 Corintios 12:9).


Pippa Adds



1 Corintios 1:27


«Más bien, Dios ha elegido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo Dios ha elegido para avergonzar a lo fuerte».


Definitivamente, yo encajo en la categoría de los débiles y los necios. ¡Gracias Señor por haberme escogido!



References



Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

Acerca de este Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selecció...

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Nos gustaría agradecer a Nicky Gumbel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://alpha.org

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