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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DÍA 220 DE 365

¿El dinero es una bendición o una maldición?



Lorenzo estaba a cargo de las finanzas de la iglesia y también era diácono. En su entorno estaba sucediendo un gran reavivamiento y se decía que «toda Roma se estaba haciendo cristiana».

Como resultado, se desencadenó una persecución bajo el emperador Valeriano alrededor del año 250 d.C. Los cristianos que tenían propiedades distribuyeron todo el dinero y los tesoros de la iglesia a los pobres.

Valeriano ordenó que todos los obispos, sacerdotes y diáconos fueran arrestados y ejecutados. Ofreció a Lorenzo una escapatoria si le mostraba donde estaban escondidos todos los tesoros de la iglesia.

Lorenzo pidió tres días para juntar todos los tesoros en un lugar central. Trajo a los ciegos, los pobres, los lisiados, los enfermos, los ancianos, las viudas y los huérfanos. Cuando Valeriano llegó, Lorenzo abrió de par en par las puertas y dijo: «¡Estos son los tesoros de la iglesia!».

Valeriano se puso tan furioso, que decidió que decapitar a Lorenzo no era suficiente pena para Lorenzo. Así que ordenó que aquel valeroso hombre fuera asado en una parrilla. De esta forma fue como el 10 de agosto del 258 d.C. murió Lorenzo. Parece ser que incluso bromeó con sus ejecutores diciendo: «Pueden darme la vuelta, ya estoy bien hecho de este lado». Su valentía impresionó tanto que el reavivamiento en Roma se incrementó y mucha gente se hizo cristiana, incluyendo a varios senadores que fueron testigos de su ejecución.

San Lorenzo tenía una comprensión profunda del mensaje de Jesús. Sabía que los pobres eran los verdaderos *tesoros de la iglesia*.

¿Cuál debería ser nuestra actitud hacia los pobres? ¿Cuál acerca de los ricos? ¿La pobreza es una bendición o una maldición? ¿Las riquezas son una bendición o una maldición? ¿El evangelio promete prosperidad?

Proverbios 19:13-22



1. El dinero no lo es todo


El libro de los Proverbios tiene un equilibrio notable en su comprensión de la riqueza y la pobreza. Ninguna de las dos es vista como algo totalmente bueno o totalmente malo. Se entienden como parte del más amplio entramado de la vida, y todos somos animados a usar lo que tenemos sabiamente.


«Una casa y riquezas son herencia de los padres, pero una mujer prudente lo es del Señor» (v.14, RVA-2015). No hay nada de malo en tener casa o dinero, pero en la vida hay cosas más importantes. Encontrar a la persona adecuada para casarse es muchísimo más importante que tener un montón de dinero.


Para aquellos que estén tentados a trabajar demasiado duro buscando el dinero o cualquier otra meta, es importante recordar la soberanía de Dios: «El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor» (v.21). Respetar «el descanso del sábat» y las vacaciones, es un signo de que confiamos en la soberanía de Dios.


Las riquezas no son lo más importante en la vida, ni la pobreza es lo peor que nos puede suceder: «De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso» (v.22). Necesitamos el amor mucho más de lo que necesitamos las riquezas. La integridad de carácter es muchísimo más importante que el dinero.


Por otro lado, este pasaje no exalta la pobreza como virtud. A veces la pobreza puede ser algo provocado por uno mismo: «La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre» (v.15).


Debemos ser amables con los pobres, independientemente de la razón de la pobreza de una persona: «Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones» (v.17).


Esta es una promesa extraordinaria y maravillosa. Dios no debe nada a nadie. Cada vez que haces algo bueno por un pobre, estás prestándole al Señor y Él te lo devolverá con intereses. Con frecuencia, vemos unas bendiciones extraordinarias en la vida de aquellos que se dedican al ministerio con los pobres, los desamparados y los que están en prisión.



Señor, te confío mis finanzas y mi futuro. Ayúdame a vivir una vida de generosidad con todos, especialmente con los pobres.


1 Corintios 4:1-21



2. La pobreza de los apóstoles


Aunque eran ricos, recibían honores y eran fuertes, la iglesia de Corintio estaba en una situación desastrosa. Pablo señala que eran arrogantes, orgullosos y celosos. Toleraban la inmoralidad sexual y acudían a los tribunales pleiteando entre ellos.


Pablo comienza a abordar algunos de los problemas. Él era apóstol y veía en sus vidas la arrogancia del rico; estaban orgullosos de sus riquezas materiales. Pablo explica resumidamente por qué ninguno tiene de qué envanecerse: «¿Quién te distingue de los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué presumes como si no te lo hubieran dado?» (vv.7b–8).


Son ricos como reyes: «¡Ya tienen todo lo que desean! ¡Ya se han enriquecido! ¡Han llegado a ser reyes, y eso sin nosotros!»(v.8a). Aquí vemos una pizca de sarcasmo, pues ellos no son los que gobiernan: «¡Ojalá fueran de veras reyes para que también nosotros reináramos con ustedes!»(v.8b)


Pablo pone en contraste la abundancia material de ellos con la pobreza de los apóstoles. «Hasta el momento pasamos hambre, tenemos sed, nos falta ropa, se nos maltrata, no tenemos dónde vivir. Con estas manos nos matamos trabajando. Si nos maldicen, bendecimos; si nos persiguen, lo soportamos» (vv.11–12).


Pablo fue uno de los cristianos más influyentes de todos los tiempos y su ministerio fue uno de los más «exitosos» de la historia. Pero esto no le trajo la prosperidad material sino más bien lo contrario. Era pobre materialmente, no tenía suficiente comida ni tenía un hogar.


Su pobreza no le vino como resultado de su pereza: «Con estas manos nos matamos trabajando» (v.12a). Sufrió abusos —como mucha gente pobre hoy en día— pero no respondió con la misma moneda: «Si nos maldicen, bendecimos; si nos persiguen, lo soportamos; si nos calumnian, los tratamos con gentileza. Se nos considera la escoria de la tierra, la basura del mundo, y así hasta el día de hoy» (vv.12b–13).


Pablo escribe con gran amor, no para avergonzar sino para advertirles, pues los ve como un padre mira a sus propios hijos: «No les escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarlos, como a hijos míos amados. De hecho, aunque tuvieran ustedes miles de tutores en Cristo, padres sí que no tienen muchos» (vv.14–15).


Pablo tenía un corazón de padre: amable, amoroso, delicado, dispuesto a enseñar y a perseverar, que nunca abandonaba a las personas. Esta debe ser la actitud de un pastor. Todos los padres humanos están lejos de ser perfectos. Pero eres amado y alimentado por tu padre celestial y puedes buscar ser padre para otros, basándote en este modelo celestial.



Señor, gracias porque he recibido mucho más por medio de Jesús que cualquier cosa que este mundo me pueda ofrecer. Oro para estar dispuesto a ser un loco «por Cristo»(v.10). Ayúdame a imitar el ejemplo de Pablo.


1 Crónicas 26:20-27:34



3. Las riquezas de los reyes


Cuando Pablo escribió: «¡Ya se han enriquecido! ¡Han llegado a ser reyes» (1 Corintios 4:8), puede que estuviera pensando en el rey David.


David era rico y tenía grandes «tesoros» (1 Crónicas 26:22), alacenas reales (27:25), «viñedos», «bodegas» (v.27), «olivares y sicómoros» (v.28), «depósitos de aceite» (v.28b), «ganado» (v.29), «camellos» y «burras» (v.30b), «ovejas» y «bienes» (v.31).


Las finanzas no son algo «no espiritual». Por ejemplo, la alabanza a Dios normalmente tiene lugar en edificios que cuestan dinero. Administrar los aspectos económicos de una iglesia es un papel importante. «A los otros levitas se les puso al cuidado de los tesoros del templo y de los depósitos de los objetos sagrados» (26:20,22). Sebuel era «el tesorero mayor» (v.24).


La riqueza material se suele ver en el Antiguo Testamento como un signo de la bendición de Dios. Y es cierto que la integridad del que honra a Dios trabajando duro (siendo de fiar, íntegro y honesto) es una característica que suele llevar al éxito y traer la prosperidad material. Pero, como hemos visto en el pasaje del Nuevo Testamento de hoy, no es todo lo que hay.


Con los años, he conocido a cristianos muy ricos. Algunos de ellos son de los creyentes más piadosos y más entregados que he conocido. Sus riquezas no son necesariamente señal de la bendición de Dios, pero tampoco son algo malo. La clave es cómo ves tu dinero y lo que haces con él.



Señor, ayúdanos a conseguir el equilibrio adecuado entre nuestra enseñanza y nuestro estilo de vida. Que nunca seamos culpables de condenar o juzgar a aquellos que has bendecido con la prosperidad material. Que seamos generosos y demos libremente y estemos dispuestos a pasar hambre y sed en tu servicio.


Pippa Adds



Proverbios 19:13b


«La mujer pendenciera es gotera constante».


Antes de levantar el dedo acusador ante cualquiera de mi familia que haya hecho un desastre, pienso en este versículo. ¡No quiero ser acusada de ser un grifo que gotea!



References



Nueva Versión Inernacional (NVI)

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Acerca de este Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selecció...

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Nos gustaría agradecer a Nicky Gumbel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://alpha.org

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