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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DÍA 173 DE 365

La vida cristiana no es fácil



Lo arrestaron por predicar el evangelio y su esposa murió dejándolo con cuatro hijos, uno de ellos ciego. Aun así se negó a dejar de predicar el evangelio.

Escribió sus mejores obras en una celda de la prisión, la cual ha sido fuente de inspiración y ayuda espiritual para un sinnúmero de lectores. Traducida a más de 200 lenguajes, nunca ha dejado de ser imprimida desde el día en que se publicó por primera vez en 1678.

*El progreso del peregrino* es una alegoría escrita por John Bunyan. Cuenta la historia de una persona llamada «cristiano» que va desde su ciudad natal a la Ciudad Celestial. Por el camino se enfrenta a muchas dificultades, obstáculos y desafíos, a pesar de los cuales persevera fielmente hasta el final.

Llevar una vida cristiana no es fácil; tendrás que enfrentarte a muchas dificultades a lo largo del camino. Pero estas no deben hacer que te descarriles; de hecho al atravesar tiempos difíciles del lado de Jesús, resurgirás más fuerte, sabio y más conformado a Cristo.

Salmos 77:1-9



1. Angustia: ¿Cómo tienes que responder a ella?


Mi amigo Luigi es un monje benedictino que ¡suele comenzar sus oraciones quejándose un rato! Este salmo comienza con el salmista derramando sus quejas ante Dios.


Tener una relación con Dios no nos protege de la «angustia» (v.2). El salmista había pasado en vela toda la noche: «No me dejas conciliar el sueño» (v.4a). Se siente como si Dios lo hubiera rechazado y nunca más volverá a experimentar su favor (vv.7–9).


En esta primera parte del Salmo 77, comenzamos a ver cómo responder a la angustia. Tienes que estar seguro de que:



  • Dios escucha tu clamor


Dile a Dios qué estás sintiendo exactamente: «A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche. Cuando estoy angustiado, recurro al Señor» (vv.1–2a).



  • A Dios le gusta tu honestidad


Hacer preguntas honestas tiene un efecto terapéutico. El pueblo de Dios trae sus dudas, dificultades y angustias ante Dios y le interpela. Incluso Jesús en la cruz hizo una pregunta citando el salmo 22:1: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mateo 27:46).


Dios quiere que seas sincero con Él. No quiere que simules que todo va bien sino que quiere escuchar el clamor de tu corazón. Te atrae a Su presencia, incluso en los tiempos de gran angustia.



Gracias Señor porque escuchas el clamor de mi corazón. Gracias porque no me rechazas y Tus promesas no fallan.


Hechos 15:1-21



2. Disputas: ¿Cómo debes resolverlas?


No hay nada de sorprendente en que en la iglesia haya discusiones, disputas y debates. Aquí leemos que se «provocó un altercado y un serio debate» (v.2) acerca de los requisitos para ser aceptado plenamente como cristiano (como miembro de la iglesia) y para ser salvo (v.1). ¿Era requerida la circuncisión? (v.1).


Vemos aquí un proceso en cuatro pasos para la toma de decisiones. Es un gran modelo para lidiar con las disputas de hoy en día en la iglesia local, nacional e incluso mundial.



  • Convoca una reunión


Algunos insistían en que todos fueran circuncidados. Pablo y Bernabé protestaron vehementemente y convocaron una reunión especial para que ambas posturas tuvieran un debate juntas.


No tengas miedo al conflicto. Cuando la gente inteligente se reúne para hablar de cuestiones que importan, es natural y productivo que se den desacuerdos. De hecho, ¡eso es lo que hace interesantes las reuniones!



  • Considera y debate


«Después de una larga discusión…» (v.7). Al final, hubo dos argumentos que inclinaron la balanza del debate.


Primero, su razonamiento estaba basado en la experiencia del Espíritu. El primer argumento de Pedro de basaba en lo que había visto hacer al Espíritu Santo en la casa de Cornelio: «Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe» (vv.8–9). Hacer distinciones hubiera sido oponerse a Dios. Esto llevó a esta conclusión: «Creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús» (v.11).


Segundo, su razonamiento se basó en las pruebas que mostraban las Escrituras. Santiago señala que la palabra de Dios y el Espíritu de Dios están alineados: «Con esto concuerdan las palabras de los profetas» (v.15). Muestra cómo las escrituras predijeron la inclusión de «todas las naciones» (v.17) y sugiere un camino para avanzar coherente con la experiencia del Espíritu Santo y las pruebas halladas en las Escrituras (vv.19–21). Podemos estar seguros de que la palabra de Dios y el Espíritu de Dios siempre estarán de acuerdo. Lo que no podemos saber a ciencia cierta es si comprenderemos correctamente ambas. Aquellos que argüían que todos debían ser circuncidados lo hicieron basándose en las Escrituras. Pedro y Santiago no dejaron a un lado las Escrituras, sino que arguyeron que los otros las habían comprendido mal.



  • Llega a tomar una decisión


Al final, «decidieron» (v.22). Aquel fue un momento extraordinario en la vida de la iglesia primitiva. «Toda la asamblea guardó silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo, que les contaron las señales y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles» (v.12). Fue un momento muy especial y emocionante que los redujo al silencio.


A fin de cuentas, todas las decisiones necesitan de un juicio. El apóstol Santiago dice: «Por lo cual yo juzgo» (v.19, RVA-2015). El factor decisivo fue que no quisieron «ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios» (v.19). Todos los pueblos habían de ser invitados a la iglesia, sin importar su trasfondo, aunque no todas las prácticas estaban permitidas (v.20).


La lección que aprendemos aquí es que tenemos que ser muy cuidadosos para no cargar con obstáculos innecesarios a la gente que está explorando la fe en Jesús, y tenemos que cuidarnos de no definir a la iglesia de una manera demasiado limitada.



  • Comunica la decisión


Ellos escribieron lo decidido (v.20). Las actas de reunión no son simplemente una formalidad; son importantes para dejar constancia de las decisiones. Como veremos mañana, tienen que ser comunicadas (vv.23–29).



Señor, danos sabiduría cuando tengamos que lidiar con disputas en la iglesia. Gracias porque hoy estás derramando tu Espíritu en todas las partes de la iglesia. Ayúdanos a tener Tu misma actitud de no «hacer distinción alguna entre nosotros y ellos» (v.9).


1 Reyes 9:10-11:13



3. Engaños: ¿Cómo debes resistirlos?


El éxito puede ser más peligroso para nosotros que el fracaso. Salomón fue altamente exitoso y tuvo un gran don de sabiduría, a pesar de ello, al final de su vida se descarrió. La vida de Salomón nos presenta un desafío y una advertencia.


Salomón lo tenía todo. En veinte años había construido dos grandes edificios: el templo y su palacio (9:10). La reina de Sabá estaba maravillada de lo que vio: «No podía creer nada de eso hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. Pero, en realidad, ¡no me habían contado ni siquiera la mitad! Tanto en sabiduría como en riqueza, superas todo lo que había oído decir» (10:7).


Ella reconoce que solo puede ser la obra de Dios: «El Señor te ha hecho rey para que gobiernes con justicia y rectitud» (v.9).


Pero lo trágico es que Salomón no acabó bien. «No siempre fue fiel al Señor su Dios como lo había sido su padre David […] su corazón se había apartado de él» (11:4,9).


¿Por qué se torcieron las cosas? Todo empezó por la promiscuidad; el rey Salomón estaba obsesionado con el sexo: «Tuvo setecientas esposas que eran princesas, y trescientas concubinas» (v.3).


Al final acabó siguiendo dioses detestables: «Cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres le pervirtieron el corazón de modo que él siguió a otros dioses» (4a). «Hizo lo que ofende al Señor y no permaneció fiel a él como su padre David» (v.6). Actuó contrariamente al mandamiento explícito de Dios consistente en que «el rey no tomará para sí muchas mujeres, no sea que se extravíe su corazón, ni tampoco acumulará enormes cantidades de oro y plata» (Deuteronomio 17:17). Aquellos reclamos descarriaron a Salomón.


David se equivocó de vez en cuando. Cuando lo hizo, se arrepintió y volvió al Señor, siguiéndolo de todo corazón. Salomón nos muestra algo diferente. Setecientas esposas y trescientas concubinas no es algo que suceda de la noche a la mañana. El corazón de Salomón tuvo que ir haciendo concesiones. A pesar de las bendiciones de Dios, Salomón permitió que el pecado creciera y al final lo arruinó.


Para evitar acabar como Salomón tienes que mantenerte cerca de Jesús y escucharlo. Porque como dijo Jesús, la reina de Sabá «vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes a uno más grande que Salomón» (Mateo 12:42).



Señor, gracias por esta advertencia. Guarda mi corazón y ayúdame a estar completamente entregado a Ti, a seguirte con todo hasta el final de mi vida.


Pippa Adds



1 Reyes 11:1–13


¿Cómo un hombre tan sabio pudo ser tan tonto por causa de las mujeres? También era desobediente. Dios le había dicho que no desposara mujeres de aquellos lugares y a pesar de eso Salomón lo hizo. Dios le había advertido que acabarían descarriándolo como sucedió.



References



Nueva Versión Inernacional (NVI)

Copyright © 1999 by Biblica, Inc

Acerca de este Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selecció...

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Nos gustaría agradecer a Nicky Gumbel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://alpha.org

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