Vida Después De La Muerte Muestra

Cuando sabemos y estamos conscientes de que la muerte solo es un cambio de "residencia" de una terrenal, momentánea y física a una espiritual y eterna, podremos sobrellevar la partida de nuestros seres queridos. La idea de la muerte es tan arraigada en nuestras emociones, que pareciera ser que forzosamente debe significar dolor, tristeza, desesperanza, y poca tolerancia ante la vida que llevaremos sin aquellas personas que han partido. Cada una de esas emociones son reales, no podemos negarlas y mucho menos evitarlas, pero esto no debe significar lo que para el mundo o para quienes viven sin Jesús significa. Dios ha prometido que en los postreros días nosotros habitaríamos con Él y con todos lo que le reconocieron como su Señor y Salvador, conformando así una nueva vida y una familia de la fe que según Gálatas, se va unificando en esta Tierra.

Si la muerte, para el mundo significa la desesperanza total, para los que estamos en Cristo es todo lo contrario. Entregar nuestra vida al Señor tiene absolutas y maravillosas promesas, y una de las más grandes es justamente la vida después de la muerte; esa vida en Su presencia que nos ha obsequiado por amor y misericordia, a cada uno de nosotros que le hemos recibido, es algo que debemos compartir con todo el mundo. ¿Qué pensaría alguien a quien le dijeras que tienes en tus manos la cura del cáncer?, de inmediato todo el mundo te diría que compartieras esa medicina para salvar a miles de personas, y evidentemente, tú lo harías, no creo que seas capaz de guardarte la cura del cáncer para ti exclusivamente. Pues lo mismo pasa con la cura de la muerte, la tenemos en nuestras manos, en nuestros labios, en la Biblia y es nuestro turno de diseminar la cura contra la muerte, pues si Cristo ha resucitado, eso quiere decir de forma contundente, que la vida no se acaba aquí, que seremos resucitados juntamente con Él, y eso iglesia, es la más grande de las esperanzas, puesto que la Biblia dice que Jesús venció.



No podemos pensar que nuestra vida espiritual no es eterna puesto que venimos de un Dios eterno, y somos parte de Él. Él al conquistar y vencer la muerte nos da vida juntamente con aquellos que ya han partido, que emocionante reencontrarnos con aquellos que siguen viviendo en lo más profundo y hermoso de nuestro corazón.