Cómo (no) salvar al mundo: La verdad sobre revelar el amor de Dios a las personas cercanas a tiMuestra

Cómo (no) salvar al mundo: Silencia tu historia

La primera mujer china que vi predicar fui yo. Durante años no estuve orgullosa de mi herencia e hice todo lo posible por ocultar que era mitad china. Como soy multirracial y solo tengo una mitad china, traté de enterrar esa mitad lo mejor que pude. Nunca antes había visto el apellido "Wong" en el anuncio de una conferencia, así que durante mis primeros años dando charlas, utilicé el seudónimo de Hosanna Poetry. Me avergüenza admitir que temía que ser asiática fuera un obstáculo en mi carrera. Odiaba sobresalir. Aunque estaba hablando de Jesús lo mejor y con la mayor sinceridad que podía, estaba esforzándome para no relacionarlo con la verdad de mi historia.

No entendía lo que significaba haber sido hecha a imagen de Dios. ¿Eso significa que Dios me hizo? Esa parte la entendía. Sin embargo, siempre tuve una sensación interna de que había algo defectuoso, inadecuado y de segunda categoría en mí. Mientras estudiaba fielmente la Palabra de Dios, aprendí que estaba viviendo avergonzada de quién era y que estaba silenciando mi historia para ser aceptada. Y así es cómo (no) se salva al mundo. El enemigo quiere que creamos la mentira de que no somos suficientes, que nuestro origen e historia no son suficientes, porque sabe que hay poder en que seamos quienes somos y que compartamos nuestras historias reales. Cuando ocultas quién eres, ocultas el diseño y el poder de Dios.

Ser hechos a imagen de Dios significa que hemos sido apartados de cualquier otra criatura. La propia imagen de Dios está estampada en nosotros y dentro de nosotros. El valor corre por nuestras venas. Ninguna otra cosa creada puede quitarnos aquello con lo que el Creador supremo nos ha diseñado. Esta verdad cambia cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo vemos a los demás. 

La verdad es que has sido creado a imagen de Dios. No solo tienes acceso a conocerlo, sino también la autoridad otorgada por Él para darlo a conocer. No tienes únicamente el permiso, sino la responsabilidad de usar todo lo que eres y todo lo que has vivido para glorificarlo y revelar su amor a tus cercanos.

He aprendido que ser mujer, multirracial e hija de un adicto rehabilitado, me ayuda, de hecho, a revelar la verdad acerca de Jesús. Las cosas que quería esconder eran las cosas que Dios quería usar para exponer quién es Él y lo que puede hacer. Yo debería ser más de lo que soy, no menos. Ya no quiero que el enemigo obtenga la victoria a través de nuestra vergüenza y nuestro silencio. Los pormenores de tu vida son puertas, no muros. Pueden ayudarte a invitar a las personas a conocer la historia de un Salvador redentor. Dios quiere usar tu historia real para revelar su verdadero poder. La imagen de Dios debe ser vista y su poder debe ser exhibido.

Responde

¿Qué victoria tiene el enemigo si todos creemos la mentira de que no valemos y que debemos silenciar nuestras historias?

¿Qué partes de tu historia te resulta difícil ver que Dios use?

¿Qué te ha impedido compartir tu historia?