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En busca de paz

DÍA 7 DE 10

Cómo superar la ansiedad


La ansiedad es un problema con el que todos hemos lidiado en algún momento de nuestra vida. En el Sermón del monte Jesucristo declara: 


“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6.25, 26)

El término griego para “afán” en este pasaje significa “lo que divide o distrae la mente”. Es una palabra relacionada con la incertidumbre. Eso es lo que la ansiedad produce en nosotros. Nos da una sensación de ¿qué viene ahora? Sentimos que han removido la superficie donde estábamos parados y no sabemos si vamos a caernos, o qué tan fuerte será la caída, o en qué dirección caeremos.


La palabra “ansiedad” también puede ser traducida en la Biblia como “afán”. Para muchas personas, el afán se ha convertido en su estilo de vida. Si esto se aplica a usted, le exhorto a leer de nuevo las enseñanzas de Jesucristo. Sus palabras no son una opción, sino un mandamiento.


Quizás crea que no puede dejar de sentir ansiedad, pues el afán ha sido parte de su vida durante mucho tiempo. Esto es algo que he escuchado decir a varias personas a lo largo de los años. Sin embargo, la verdad es que sí puede.


No hay nada en cualquier circunstancia dada que cree ansiedad de forma automática. La ansiedad es consecuencia de la manera en la que reaccionamos ante las dificultades y problemas. La facultad que tenemos de escoger es parte del regalo de libre albedrío que Dios ha otorgado a todo ser humano. Usted es quien decide cómo se sentirá. Usted es quien decide en qué va a pensar y cómo va a reaccionar ante cada situación. Lo que sí le aseguro es que Dios no desea que viva con ansiedad, Él no permite que los problemas lleguen a su vida con esa intención. Puede que nuestro Padre celestial permita que enfrente cierta situación para que su fe se fortalezca, para que crezca y madure, o para que cambie algún mal hábito o actitud negativa. Pero el Señor no le tiende una trampa para que sufra de ansiedad. En todo momento obra para que usted pueda llegar a confiar y a obedecerlo por completo y a recibir muchas más de sus bendiciones.


Usted tiene la opción de caer en una espiral descendente de ansiedad o puede escoger decir: “Padre, te entrego este asunto que está más allá de mi control. Me siento imposibilitado en esta situación, pero sé que tienes el poder para cambiar todo lo que enfrento. Tu amor por mí es inigualable y confío en que obrarás en medio de lo que me preocupa para darme lo que me conviene. Sé que lo que hayas planeado para mí es lo mejor. Anhelo ver la manera en la que has escogido expresarme tu amor, sabiduría y poder”.


Amigo, este es el camino hacia la paz, deshacernos de la ansiedad y el afán.




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Acerca de este Plan

En busca de paz

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Nos gustaría agradecer a In Touch Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.encontacto.org/planes-de-lectura 

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