15 Días De Revelacion Para VivirMuestra

“Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba” (Gen. 29:20).

Jacob no era de los hombres que esperaban, estuvo dispuesto a engañar a su hermano y a su padre para obtener la primogenitura. Su credo era «lo quiero ya». Era la clara demostración del egoísmo. Sin embargo, al conocer a Raquel ¡estuvo dispuesto a esperar siete años por ella! Y no sólo a esperar, sino a servir a su suegro todo ese tiempo. No parece ser el mismo hombre impaciente que vemos antes.

Ese es el poder del amor.

La verdadera prueba del amor no es sólo lo que hace, sino lo que no hace. El amor espera. Es como una buena melodía, cuyo secreto está tanto en los silencios como en el sonido.

El amor también sirve. Sabemos quién ama en que sirve; y esto no sólo a la persona amada, sino también a otros por causa de la persona amada. Jacob sirvió a su suegro por Raquel. Perdió toda capacidad de negociación y olvidó sus derechos a causa del amor.

El amor no tiene tiempo, lo mismo son siete años que unos días. Se pierde la noción cronológica cuando el reloj de arena está lleno de pasión.

Si quieres saber acerca del amor verdadero, allí tienes la prueba: es paciente, transforma al amante en servidor y carece de reloj.

¿No es así nuestro Señor Jesucristo? ¿Qué por amor a nosotros sirvió al Padre renunciando a sus derechos, y sigue en espera de nuestra final reunión con Él?